Un informe de la empresa concesionaria del mantenimiento del Clínico de Zaragoza ya advirtió en noviembre de la necesidad de cambiar, por su estado "penoso", los separadores de gotas de las dos torres de refrigeración donde surgió el brote de legionela que afectó a 32 personas y causó la muerte a siete de ellas.

Así lo hizo público ayer el diputado del PP Ricardo Canals, durante la comparecencia de la consejera de Sanidad, Luisa Noeno, en las Cortes de Aragón. Precisamente, la titular de Salud había acudido al parlamento para informar de la decisión de su departamento de incrementar la seguridad en el Clínico a raíz de la epidemia, intención que se traducirá en dos medidas: cambio de las torres y endurecimiento del decreto de control de la legionela.

En el registro de mantenimiento al que se refirió Canals, y al que posteriormente tuvo acceso este diario, los técnicos de la empresa Tercal (que tenía la concesión hasta el 1 de enero) advertían, el 17 de noviembre, de las deficiencias halladas en la instalación: "Paneles recogegotas en penoso estado. Convendría sustitución". Nadie reparó estos elementos, que tienen una doble misión: evitar que salpiquen partículas de agua, que son vehículo de la legionela, e impedir que entren elementos extraños y suciedad en la instalación.

Sólo se hizo una última limpieza, paradójicamente fechada en "31 de abril" (mes que sólo tiene 30 días), antes de que las torres entraran en funcionamiento. Veinte días más tarde se detectó el mortal brote de legionela. El Salud cambió entonces los separadores de gotas, en julio.

Tras su comparecencia, la consejera justificó la demora en las reparaciones en el hecho de que estas mejoras "no se hacen en un día" sino que "se tarda unos seis meses" en recibir estas piezas. De hecho, según confirmó, el cambio de los separadores de gotas que se hizo en julio pudo acometerse gracias a los recambios que se solicitaron unos meses antes y, por lo tanto, no se trataba sólo de la reacción del Ejecutivo ante la crisis de la legionela.

Para Canals, estos registros demuestran una "la falta de rigor" en el mantenimiento de las torres. El diputado también se refirió a las fotografías hechas públicas por el doctor Ansón hace unos días, donde se ven "unos separadores de gotas que no están bien colocados". "Dígame que esto es falso y yo lo creeré", pidió a la consejera, que no se pronunció al respecto. "Alguien tendrá que pedir responsabilidades", añadió.

Los portavoces de PAR y PSOE felicitaron a Noeno por el control de la crisis de la legionela. Angel Sánchez, de CHA, consideró que la desinfección "no fue eficaz". "Esas torres sí son fábricas de legionela", afirmó.

MAS CONTROL A pesar de todo, la consejera siguió defendiendo ayer que las torres de refrigeración del Clínico "cumplen las condiciones de fiabilidad exigidas" y sólo serán modificadas "por prudencia". Añadió que también se ha tenido en cuenta el proceso de contaminación sufrido con el brote, la antigüedad de las torres --que fueron instaladas en 1994--, la creciente exigencia de mantenimiento de las mismas, y la evolución de la tecnología en los últimos años. Al respecto, precisó que las nuevas instalaciones tendrán "la solución técnica más moderna", que se llevará a cabo antes de la próxima temporada estival, aprovechando que las torres 1 y 2 (las afectadas por la legionela) sólo funcionan de mayo a octubre. También se estudiará un posible cambio de ubicación.

Pero ésta no será la única medida que adopte el Salud "para reducir los riesgos". Esta semana se va a remitir al Ministerio de Sanidad una propuesta para reformar el decreto que regula el control y la prevención de la legionela en hospitales y residencias de ancianos.

Si el ministerio no considera conveniente abordar esta revisión "el Gobierno de Aragón impulsará una normativa propia". Asimismo, el 1 de noviembre va a entrar en vigor un protocolo de control más estricto para la comunidad, que está elaborando el Salud.