A buen ritmo, los operarios que trabajan en el tramo Calamocha-Romanos de la autovía Mudéjar rematan una infraestructura cuya plataforma está completamente lista y que está pendiente de que se concluya la conexión con el tramo anterior en la provincia turolense y la instalación de los últimos elementos de seguridad. Las tareas de revegetación, control de calidad y limpieza de la obra permitirán dar por terminada la actuación 60 meses después de que se iniciara.

Desde el paso elevado de Romanos, a la salida de la rotonda hasta la que llega la A-1506 (diez kilómetros que conectan Daroca con la autovía Mudéjar), se puede ver la A-23 totalmente acabada, incluso con la señalización horizontal (ya está pintada) y vertical. Unos pivotes de seguridad rojos y blancos cortan la vía, todavía no operativa. El día 21 solo habrá que retirarlos para que los coches puedan circular. Por el otro lado del tramo, a la altura de Calamocha, se ve que a la obra, ejecutada por Calamocha UTE (Hispánica y Construcciones Sando) le faltan los remates.

El primero, la conexión de este tramo de autovía con el anterior, que finaliza en Monreal del Campo, a la altura de Calamocha. En ese punto el tráfico ha sido desviado estos días para poder cerrar el eje. El asfaltado ya se concluyó y ahora se acometerá la instalación de biondas (quitamiedos) y del resto de elementos de seguridad, y el pintado de las marcas viales. Saliendo de Calamocha en dirección a Romanos se ve cómo los operarios rematan biondas en distintos puntos (salvo en el tramo final, donde ya están listas), ejecutan las cunetas también en diversas zonas, terminan las juntas de dilatación y se afanan en pequeños detalles. Hay trabajadores realizando controles de calidad (frecuentes durante toda la obra), incluso de la pintura, y otros revegetando o limpiando la vía (tarea previa a la pintura).

Se están desmontando ya elementos utilizados durante los trabajos (como la estructura auxiliar metálica o las plantas de hormigón) y se empiezan a retirar todos aquellos elementos de desecho que deben desaparecer. Esta será la última tarea: la limpieza mediante vehículos autocargantes (disponen de un brazo-grúa), y el baño con cisternas para dejar el asfalto listo para estrenar.