Un estudio elaborado en Las Fuentes ha servido para que desde este distrito se esté alertando de la creciente desprotección que sufren los mayores, en un contexto de crisis económica en el que se hacen más palpables las consecuencias negativas que pueden tener en su día a día la falta de autonomía personal. Efectos tan preocupantes como los engaños o, peor aún, los casos de violencia.

Una de las conclusiones más alarmantes de esta encuesta, realizada en el centro de salud de Las Fuentes --y cuyos resultados publica la Agrupación socialista en el distrito--, hace referencia a estos, y especial hincapié en el maltrato psicológico en el entorno familiar. Además, subraya que el 5% de los encuestados asegura haber sufrido retenciones físicas y un 7%, agresiones.

Buena parte de la culpa se achaca a la dependencia que sufren hoy en día y a que muchos, por sus dificultades económicas, se ven obligados a subsistir en su entorno doméstico lo mejor que pueden. Y, más que la dependencia física, es la económica la que más problemas les genera.

Por un lado, el 42% de los encuestados aseguraba que no controlaba su propia economía. Ni la manejaba ni llevaba control alguno de ella, ya que estaba en manos de otra persona de su familia o de una institución que le gestionaba y organizaba el dinero y sus gastos. "Esto hace pensar en un posible riesgo, ya que si no controlan lo que tienen ni lo que otras personas le gastan, existe una posibilidad de que les engañen y utilicen su dinero de forma incorrecta".

Además, el 5% de ellos afirmaban que habían sufrido alguna vez engaños respecto al uso de sus pertenencias sin su permiso o de otra índole, "como firmar algún documento bancario sin entenderlo, cambios de compañía de teléfono, o firmar algún aval a algún hijo".

En parte tiene también mucho que ver con que el 20% de los encuestados tiene algún cuidador que depende económicamente de él (hijos en desempleo, personas ajenas a la familia, alguien que les presta ayuda, o un conocido, vecino...). Eso puede derivar en una situación de riesgo, según este estudio, porque esas personas "también pueden acabar forzándoles a que les presten o den el dinero necesario, o amenazarles en el caso de que no lo hicieran". Y por último, también destaca el gran sentimiento de soledad que refieren un 60% de los pacientes, aunque la mayoría no vive solo.