Los miembros de la Asociación de Familiares del Yak-42 que ya se han sometido a pruebas de ADN esperarán a que el resto de afectados realicen los test antes de decidir si solicitan exhumaciones masivas o si, por el contrario, responden afirmativamente a la propuesta del ministro de Defensa, José Bono, para enterrar los 62 cuerpos de los fallecidos en un mausoleo que se construiría en el paseo de la Castellana de Madrid.

Esa fue una de las conclusiones a las que llegaron los integrantes del colectivo durante la asamblea que celebraron ayer en la capital española, en la que algunos mostraron su deseo de exhumar frente al rechazo de otros. Un encuentro que tuvo lugar después de que se conocieran los resultados de los informes realizados por el Instituto Toxicológico de Estambul, adelantados por EL PERIODICO DE ARAGON, y según los cuales más de una veintena de los militares no fueron identificados correctamente.

La portavoz del colectivo, Curra Ripollés, calificó la reunión a Efe de "muy entrañable" y "muy dolorosa" y el vicepresidente, Alfonso Agulló, aseguró que la asamblea tenía por finalidad darse "apoyo" tras confirmarse que 22 cadáveres fueron reconocidos de forma errónea.

MAS PRUEBAS POR HACER Por el momento, 39 familias ya se han sometido a las pruebas de ADN y otras 10 lo han solicitado al Ministerio de Defensa, aunque hasta ahora no han recibido respuesta alguna acerca de cuándo se pondrán en marcha. Una situación que también ha provocado malestar entre algunos afectados, que esperan desde hace un mes a que se les practiquen los exámenes.

Sin embargo, la espera podría concluir si se pone en marcha el plan diseñado por la Guardia Civil para que todas aquellas personas que lo deseen también puedan cotejar su ADN con las más de 80 muestras de tejidos, huesos y dientes que posee el instituto turco. Agentes de la Benemérita tomarían muestras de ADN a quienes aún no se han hecho los test, siempre y cuando estén de acuerdo, y las enviarían a Estambul. Otra de las opciones sería que los allegados se desplazaran al Instituto de Medicina Legal de Madrid.

Tal y como manifestó el pasado viernes el presidente de la asociación, Carlos Ripollés, la única manera de lograr la correcta adjudicación de los cuerpos pasa por que todas las familias se sometan a las pruebas.

Además, entre las personas que aún no las han realizado se encuentran nueve familas cuyos seres queridos figuran entre los 30 cuerpos calcinados que fueron repatriados a España sin identificar, de manera que el número de errores en los reconocimientos será mayor casi con total seguridad. "Había 30 cadáveres irreconocibles", explicaron fuentes del instituto a este diario.

Sin embargo, algunos familiares del colectivo como Francisco Cardona, que perdió a su hijo en el accidente, dejaron claro el pasado viernes que solicitarán la exhumación. El hijo de Cardona es uno de los 22 casos en los que se cometieron errores.