La molesta colonización de la mosca negra de buena parte del corredor del río Ebro amenaza con convertirse en un problema global de Salud Pública. Los investigadores así lo advierten tras las graves afecciones que este verano está originando en el término municipal de Zaragoza, adonde se ha desplazado desde los Monegros y las comarcas catalanas.

El insecticida biológico aplicado por el ayuntamiento a primeros de mes, la bajada de temperaturas y el cierzo han dado un respiro a la ciudadanía. Pero la plaga, presente en todo el municipio desde que su presencia fuera detectada en junio, llegó a copar casi la totalidad de las urgencias de atención primaria.

"No hacemos nada si todos los esfuerzos se centran en Zaragoza. Este insecto no tiene fronteras, vuela en un radio de entre 20 y 30 kilómetros, y si aguas abajo no existe un tratamiento larvario, el problema se repetirá, porque el planteamiento debe hacerse de manera global", explica el profesor Javier Lucientes, uno de los mayores expertos en parasitología y encargado de aplicar dicho tratamiento en la capital. El caso es que ya hay mosca negra aguas arriba de Zaragoza.

De hecho, en la zona de Tortosa, por ejemplo, ya han solicitado una reunión urgente con el delegado del Gobierno por la persistencia de las pequeñas mordeduras de ese animal.

LOS TRATAMIENTOS "Las muestras que se han recogido han demostrado una efectividad del 95% en el tratamiento aplicado a las larvas de la mosca. Pero lo habitual es que prosigan los muestreos. Y a mediados de agosto, previsiblemente, se volverá a actuar para combatir la siguiente generación", informa Mercedes Navarro, directora del Instituto Municipal de Salud Pública.

La responsable revela que también se ha pulverizado el césped de las piscinas municipales tras las quejas por picaduras de los propios trabajadores. Y es que la mosca negra necesita de zonas húmedas como piscinas, riberas y parques para sobrevivir. "Del río va pasando a lugares con cierta vegetación. Hay que pensar que son animales de ríos de montaña, adaptados a temperaturas bajas, de 6 y 8°, que sí matarían a los mosquitos pero no a estos insectos", añade Lucientes. El tamaño de la mosca negra es algo menor que la doméstica, de color negro y alas blancas. Y es la hembra la que pica a personas y animales porque necesita la sangre para el desarrollo de los huevos.