Tres trabajadores perdieron ayer la vida en dos accidentes laborales registrados en Calatayud y Alcañiz, en una jornada negra para el mundo laboral aragonés. Dos operarios que realizaban labores de mantenimiento sin equipos de oxígeno en un depósito de la depuradora de la localidad zaragozana fallecieron por inhalación de gases, posiblemente producidos por ácido sulfídrico o metano. Un tercer trabajador murió en la localidad bajoaragonesa tras recibir en su cabeza el impacto de una pieza de hierro que se había desprendido de una grúa que transportaba bloques de hormigón.de más de dos toneladas .

El accidente de Calatayud se produjo poco después de las tres y media de la tarde en circunstancias que son todavía confusas, cuando Miguel Angel Giménez, de 40 años, casado y con dos hijos, y Roberto Pérez Piqueras, de 28, realizaban trabajos de mantenimiento en la planta depuradora de Calatayud.

Las víctimas, que eran vecinos de Calatayud y trabajaban para la empresa encargada de la depuradora, Gestión de Aguas de Aragón, habían bajado al fondo del depósito por la arqueta desprovistos de equipos de oxígeno, según fuentes de la Diputación Provincial de Zaragoza.

Al ocurrir los hechos, en la planta había otro empleado, Félix, que, según explicó, vio cómo sus dos compañeros bajaban al depósito y escuchó posteriormente unos gritos. Al comprobar que no subían, el trabajador se asomó a la tapa del depósito y comprobó que una de las víctimas, Pérez Piqueras, estaba tendido en el fondo, mientras Giménez se encontraba reclinado y no se movía, por lo que dio la alarma.

A la depuradora, que se encuentra junto al río Jalón, aguas abajo de Calatayud, y que funciona desde hace dos años, se desplazaron unidades de bomberos de la Diputación de Zaragoza, así como ambulancias y efectivos del Cuerpo Nacional de Policía. Los equipos de rescate comprobaron a su llegada que los dos trabajadores ya habían fallecido.

El jefe de Bomberos de la DPZ, Juan Ignacio Larraz, explicó que el accidente se se había producido cuando uno de los trabajadores "bajó al pozo, que estaba seco, para arreglar una compuerta" y, entonces, se rompió alguna válvula que provocó que entrara "todo el agua sucia con un olor pestilente que se percibía desde fuera". El segundo trabajador falleció cuando bajó al depósito para socorrer a su compañero.

Según Larraz, este tipo de causas son "muy comunes" ya que en las depuradoras "se producen gases que proceden de la putrefacción de materia orgánica".

RESCATE Los bomberos consiguieron rescatar a las cinco de la tarde el cuerpo de Giménez, pero las labores para recuperar el de Pérez Piqueras se prolongaron otras dos horas porque, según explicó el sargento que dirigía la unidad, una turbina había succionado uno de sus brazos.

El alcalde de Calatayud, Fernando Martín, y la mayoría de sus concejales permanecieron en las instalaciones de la planta depuradora hasta que culminaron las labores de rescate del segundo cuerpo.

A lo largo de la tarde, también acudieron al lugar familiares de los dos fallecidos, algunos de los cuales conocieron la noticia a través de las emisoras de radio. El consejero de Medio Ambiente del Gobierno aragonés, Alfredo Boné, también se desplazó a Calatayud para manifestar sus condolencias a los afectados.

Los cadáveres fueron trasladados al tanatorio de la ciudad para practicarles la autopsia, mientras el director de la planta manifestó que se ha abierto una investigación para determinar las causas del suceso.

El accidente se produjo en similares circunstancias al registrado en septiembre en un Vadorrey.