Familiares y amigos han despedido hoy a Ana María Suárez, la zaragozana de 67 años fallecida en el atentado de la pasada semana en Cambrils, en un funeral que se ha celebrado en la intimidad por expreso deseo de sus allegados.

Las exequias, celebradas en el cementerio de Torrero de la capital aragonesa, han sido oficiadas por el arzobispo de Zaragoza, Vicente Giménez, y han congregado a varias decenas de personas cercanas a la familia de la fallecida.

En el funeral no ha habido representación institucional por expreso deseo de la familia, que quería celebrar la ceremonia en la más estricta intimidad, aunque sí han asistido a título personal el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, y el subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Ángel Val.

Ana María Suárez falleció el pasado viernes tras ser apuñalada en el atentado de Cambrils, que se produjo la madrugada anterior cuando paseaba por el paseo marítimo en compañía de su marido y su hermana.

Ambos continúan hospitalizados en centros sanitarios de Tarragona y fueron visitados ayer por el consejero de Sanidad del Gobierno aragonés, Sebastián Celaya, que transmitió la solidaridad y apoyo a la familia y puso a disposición de sendos hospitales los recursos sanitarios de Aragón para facilitar el traslado de ambos heridos a Zaragoza cuando su estado de salud así lo permita.