"Nos nos han dicho los motivos, pero la verdad es que a las familias no les han dado la opción de venir a este funeral. Les han ofrecido los tanatorios de Madrid y ya está", explicaba aún perpleja la portavoz del Ayuntamiento de Alcalá. Su alcalde, Bartolomé González (PP), con el acuerdo de todos los grupos políticos, había preparado un funeral masivo donde debían participar hasta 40 familias. Pero sólo llegaron dos. A muchos de quienes "habían expresado su deseo de participar no les dejaron otra opción".

¿Por qué? Fuentes de la funeraria municipal revelaron que en un primer momento se había apuntado la posibilidad de celebrar un macrofuneral en Ifema, pero el Ayuntamiento de Madrid ordenó que cada familia escogiera el lugar donde celebrar las ceremonias. La excusa era "respetar la intimidad"

Cuando trascendió que Alcalá de Henares tenía previsto celebrar un acto masivo dieron instrucciones para que se derivaran las familias a los distintos tanatorios madrileños "pese a que estaban saturados". "Normalmente enterramos a unos 30 madrileños cada día, háganse a la idea de lo que significa eso", añadieron. Otras fuentes de la organización de Ifema indicaron que el Gobierno habría querido evitar con este método la imagen demoledora de casi 200 féretros alineados y miles de familiares.

Podrían repetirse, y multiplicadas, las escenas del funeral de los militares del Yak 42. "Sobre todo ahora que se sabe que el Ejecutivo sabía desde el principio de la existencia de una sólida pista islámica". El funeral de Estado, ya sin cadáveres, se podría celebrar a partir de mañana. Sin votos de por medio.