Todo fueron felicitaciones. Por ser las "fiestas más participativas del mundo", por "ser capaz de combinar lo tradicional y lo nuevo y hacerles crecer de la mano", por "estar abiertas a todo el mundo", "por la convivencia de zaragozanos y turistas"... hasta que, al final de su discurso, el alcalde Juan Alberto Belloch, habló de una "asignatura pendiente, la proyección exterior". Ese es uno de los principales objetivos de las Fiestas del Pilar de este año que ayer se presentaron en la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza en un acto presidido por el alcalde, presentado por Samuel Barraguer y que contó con la presencia, entre otros, de Bibi Fernández.

Pocas novedades presenta el programa de actos que este año cuenta con más de 1.500 actividades, de las que cerca de 600 serán musicales y de las que el 90% serán gratuitas. Unos datos de los que el consejero de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco, se mostró muy orgulloso. Tanto que calificó las fiestas como "el mayor festival de música de España de largo". Lo hizo en su intervención en la que aseguró que "las fiestas que tenemos son mucho mejores de la proyección que logramos".

Para tratar de solucionar este déficit de proyección exterior, el alcalde Belloch reveló que este año se ha realizado una revista sobre las fiestas que se difundirá en el AVE, pero, sobre todo, tanto él como Blasco y como el propio acto fiaron la proyección a la flashmob del próximo 3 de enero en la que los zaragozanos están llamados a besarse por Zaragoza. "Se trata de darnos un beso colectivo en forma de corazón con la estampa del Pilar detrás", reveló el director Gaizka Urresti, que se está encargando del guion del acto, y que ha realizado un espot promocional de la quedada cuya proyección dio paso a un final del acto en el que los asistentes al acto hicieron un ensayo de cara al día 3 y protagonizaron un beso multitudinario.

Con respecto al programa propiamente dicho, las fiestas no presentan muchas novedades. Se vuelve a apostar por un modelo callejero en el que prima en algunos caso la cantidad festiva que la calidad. A las aportaciones ya anunciadas de las gradas para poder ver las dos ofrendas y de ligeras modificaciones para hacerlas más ágiles, Jerónimo Blasco destacó que se añaden dos espacios nuevos. Uno, la plaza San Felipe, que se recupera para la música folk, y otro, el Ebro. Junto a eso habrá un nuevo concurso de diseño floral en el que se premiará al mejor ramo, canastilla y arreglo floral, que se añadirá al del traje aragonés.

Jerónimo Blasco aludió a la llegada de la democracia en su intervención: "Veníamos de un modelo de fiestas marcado por los actos religiosos y parecía que iban a ser fagocitados por la sociedad civil y lo sorprende es que no ha sido así y eso es gracias al enorme respeto que tenemos en esta ciudad los unos con los otros".

El alcalde, que vivirá sus últimas fiestas en el cargo, defendió que las fiestas es una parte importante de los consistorios: "El sentido de los ayuntamientos es contribuir a hacer ciudad y durante las fiestas de la Virgen del Pilar, prefiero llamarlas así, las personas colectivas suben de grado y de intensidad", señaló el regidor que aseguró que vivirá sus últimas fiestas "sin nostalgia anticipada" porque, a partir de ahora, lo hará "desde las plazas y las aceras como un zaragozano adoptivo que tiene un amor intenso por la ciudad" así como reconoció que sus actos favoritos son la Ofrenda de frutos y el homenaje a las heroínas de Los Sitios.