Otra licitación más para la línea ferroviaria entre Zaragoza, Teruel y Sagunto, en el eje Cantábrico-Mediterráneo que ya está entre las prioridades de Europa y que se sumará a los más de diez contratos licitados o adjudicados desde el pasado mes de diciembre y más de cien millones en obras y suministros para la mejora de la infraestructura. El último de ellos supondrá una inversión de 31,4 millones de euros y recibirá el impulso hoy mismo, en el Consejo de Ministros, donde se dará autorización al Ministerio de Fomento para que, a través del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), licite de este último contrato de obras.

Se trata del proyecto constructivo para subestaciones eléctricas de tracción, centros de auto transformación y línea aérea de alta tensión. En concreto se prevé la construcción de las subestaciones eléctricas de Cariñena y Villafranca para el desarrollo de la electrificación de la línea. Este contrato tiene un valor global estimado de 31.454.287,62 euros (sin IVA), que se desglosará en los 26.984.287,72 euros para la ejecución de las obras y una partida de 4.469.935,9 euros en concepto de suministros.

Los trabajos contarán con un plazo de ejecución estimado de 15 meses y su objetivo es la construcción de las instalaciones necesarias para la electrificación a 25kV del tramo que une Zaragoza con Teruel, una actuación incluida en el plan director de la línea, que permitirá mejorar de forma significativa el estado de la infraestructura actual y seguir potenciando la competitividad de esta como eje estratégico del Corredor Cantábrico-Mediterráneo.

REDUCCIÓN DEL 25%

Las principales actuaciones incluidas en este contrato consistirán en la construcción de las subestaciones eléctricas de tracción de Cariñena y Villafranca, de la línea aérea de alta tensión de 220 kV de acometida desde la subestación de Calamocha a la de Villafranca, y de los centros de auto transformación, así como de la consiguiente electrificación del tramo. Esto conllevará, aseguran los responsables del proyecto, ventajas medioambientales muy importantes. Las que ofrece la tracción eléctrica frente a la actual del diésel, además de los derivados de la reducción del impacto sonoro y de las emisiones de las circulaciones ferroviarias.

De este modo, Adif y Fomento prevén que esta tracción eléctrica permitirá utilizar un 25% menos de energía primaria, reducirá en alrededor de un 45% la necesidad de energía procedente de fuentes fósiles y por tanto no renovables, produciendo a su vez casi un 60% menos de emisiones de gases de efecto invernadero.

Entre las principales operaciones a ejecutar en este contrato figuran la ejecución de obra civil y la construcción de las cimentaciones de hormigón y estructuras de acero de los equipamientos exteriores, de las plataformas y edificios para las instalaciones de alta y baja tensión de las subestaciones, y de los centros de auto transformación. También se llevarán a cabo las canalizaciones para las redes de cableado, la construcción de las plataformas de acceso a las subestaciones, la mejora de los caminos de acceso, el montaje del material eléctrico y de control, así como las pruebas previas a la puesta en servicio.

LA FUTURA LÍNEA AÉREA

Además, se ejecutará la obra civil y la construcción de las cimentaciones y estructuras metálicas de apoyos de la línea aérea de alta tensión de 220 kV, así como la instalación de conductores, aisladores y cables de protección.

Avanza el plan director de la línea con un horizonte temporal de ejecución hasta el 2023 y una inversión inicial global prevista de 386,6 millones de euros, que tiene como objetivo mejorar de forma significativa el estado de la infraestructura actual para seguir potenciando este tramo del Corredor Cantábrico-Mediterráneo, especialmente para el tráfico de mercancías. En este sentido, se orienta a facilitar las conexiones ferroportuarias y con centros logísticos en este eje estratégico, de gran importancia al discurrir por territorios que representan el 21% del PIB nacional.

En paralelo, Adif trabaja en la futura electrificación que supondrá una inversión de 200 millones de euros. Para dotar al trayecto de mayor capacidad, incrementar la velocidad máxima de circulación y reducir los tiempos de viaje, para viajeros y mercancías; mejoranado la competitividad de los servicios de carga e incorporando trenes eléctricos.