Uno de los grandes emblemas de La Muela, desde el 2004, ha sido el proyecto futbolístico. Muy ambicioso, con ganas de triunfar, desde que renaciese el proyecto primario de 1966 que se vio truncado, por falta de jugadores, en el año 1977. Uno de los pilares del nuevo proyecto era Víctor Pinilla, hermano de la alcaldesa, y principal implicada en la Operación Molinos.

Ubicados, por norma, en Segunda Regional, el conjunto avispa certificó el ascenso en su segunda temporada de nueva existencia, en la 2005-2006. Era el primero de tres ascensos seguidos, cosa que pocos equipos aragoneses han logrado firmar. En la 2006-2007 subió de Primera a Preferente y en la 2007-2008 hizo lo mismo desde Regional Preferente a Tercera División, máxima categoría del fútbol en Aragón. Fue a partir del 2007, temporada en que se acerca a las categorías nacionales, cuando la Policía inició las pesquisas de la Operación Molinos, algunos de cuyos flecos apuntan al club. No era para menos. En cada ascenso, el CD La Muela había reorganizado su plantilla prácticamente al completo para formar bloques potentes y competitivos. Eso sí, siempre a base de talonario, con buenos sueldos y mejores ofertas.

Salida obligada

Era paradójico que un equipo se mostrase intratable en tan pocos años de existencia. Había alcanzado en solo tres temporadas lo que muchos clubes solo lograban tras largos y largos años de esfuerzo.

Llegaba el momento de pulsar su potencial en la máxima categoría del fútbol aragonés. No sorprendió. En Tercera División La Muela firmó un cuarto puesto con derecho a playoff de ascenso a Segunda B. Fue el primer intento, fallido por otra parte. El escándalo había saltado en el mes de marzo de aquel 2009 y el fútbol se vio seriamente salpicado y diversas sospechas se cernían sobre la gestión.

Tras no lograr el ascenso, Víctor Pinilla se vio obligado a dejar su puesto libre. Las sospechas de desvíos de fondos para el club, siendo la alcaldesa de la localidad su hermana, hicieron que el entrenador que llenó de gloria el fútbol local se esfumase de la entidad.

La última de las alegrías

Con la salida de Pinilla, todo hacía presagiar que el club empezaría a pasar los primeros apuros de su historia reciente. Nada más lejos. Pinilla dejó paso a otro gran entrenador, Emilio Larraz, y a jugadores de un caché inusitado en Tercera. Nombres como Rubén Falcón, procedente del Rayo, o Goran Drulic, exjugador del Zaragoza, entre otros, formaron un bloque de garantías que consiguió el ansiado ascenso a Segunda B.

Sigue este año, aunque con verdaderos apuros por mantenerse fuera de la zona baja. Con una salvedad. Por primera vez, se ha destapado un auténtico drama económico dentro de la entidad. Al relevo de Javier Mur por Miguel Abbas en la presidencia le siguió la salida del segundo para dejar paso al empresario Luis Oliver. Éste, a su vez, puso a Fernando Puertas como presidente del club, pero no mejora, por el momento, la gestión anterior. A día de hoy, los jugadores no cobran y la semana pasada ya no se presentaron a entrenar. Un proyecto que buscaba la gloria se ha tornado en efímero.