La reconstrucción del estadio de La Romareda inició ayer su tramitación en el consistorio zaragozano con la recalificación de su entorno inmediato para poder cubrir su financiación. Los ediles del PSOE y CHA aprobaron inicialmente la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que permitirá la construcción de dos rascacielos con oficinas, hotel y comercio junto al campo de fútbol. La oposición subrayó que el acuerdo carece de cualquier aval técnico y de informes sobre el impacto.

El teniente de alcalde de Urbanismo, Antonio Gaspar, reiteró que se trataba de una modificación del PGOU y no del proyecto del nuevo estadio. En este sentido, enfatizó que se dispone de todos los informes preceptivos y que los requeridos por la oposición deberán cumplimentarse en la aprobación definitiva.

Gaspar quiso dejar muy claro en el pleno que cuando se presente el proyecto constructivo se podrá abrir el debate técnico. Por ello, Gaspar recomendó a PP y PAR que se lean los expedientes "antes de empezar a hablar", porque no hay un proyecto de campo y están abiertas todas las posibilidades sobre su diseño.

Los portavoces de la oposición, el popular Ricardo Mur y el aragonesista Manuel Blasco, criticaron las "prisas" para aprobar una recalificación en julio y las dificultades para que se puedan presentar alegaciones, ya que el plazo legal de 30 días empezará a contar a mediados de agosto.

Mur acusó al PSOE de claudicar antes sus socios de CHA, puesto que se ha impuesto la reconstrucción del estadio mientras se ha descartado la construcción de pisos libres en el hueco dejado para el campo en Valdespartera. "Supone un cambio de cromos del que sólo sale beneficiada la opción de CHA, mientras que el gran perdedor es el PSOE, que ha cambiado su criterio, ya que no era partidario de mantener el estadio en la actual ubicación", señaló.

El edil popular también cuestionó la propuesta de campo recogida en el estudio de viabilidad de Cano Lasso. Mur señaló que nacerá "obsoleto" e incumplirá las medidas de seguridad al carecer de un anillo de seguridad suficientemente amplio.

Para Manuel Blasco, la modificación es "inoportuna, incompleta, inconsistente e inconveniente" y sale adelante "por la gatera". Pese a la negativa de Gaspar, el edil aragonesista subrayó que una decisión de tanto calado debería contar ya con informes que no son preceptivos, como el de seguridad. "Este proyecto es el peor posible y va a ser una auténtica chapuza", dijo.

DENUNCIA Con antelación a la celebración del pleno, el edil popular Javier Muñoz denunció "irregularidades" en las obras de reparación de La Romareda, que están a punto de concluir, por lo que pidió la dimisión de cinco concejales de CHA y del delegado de Hacienda. Muñoz señaló que los trabajos se han ejecutado sin la licencia preceptiva, con una contratación que "favorece" a una empresa y que en su opinión constituye un "claro fraude de ley".

Gaspar aclaró que los trabajos no requieren licencia sino una autorización concedida ayer mismo y han sido desarrollados vía convenio por el Real Zaragoza, "que es libre de adjudicarlas a quien quiera".