El general de división en la reserva Vicente Navarro desconcertó ayer a los abogados cuando, según fuentes jurídicas, atribuyó la causa del error en la identificación de 30 de los 62 cuerpos de los militares fallecidos en el accidente del Yak-42 a que, posiblemente, las pruebas de ADN que realizaron después los familiares no fueran exactas. Aunque el imputado era consciente de que esos restos se correspondían con los que, por premura de tiempo, no habían sido identificados por los forenses turcos, lanzó la duda y luego rectificó y asumió que "posiblemente" él se haya equivocado. Pero también dejó la puerta abierta a que los errores se debieran a una manipulación posterior llevada a cabo en la nave frigorífica donde se trasladaron los cadáveres desde el lugar del siniestro. En concreto, afirmó que algunas bolsas que contenían los restos mortales de los 62 fallecidos se rompieron y hubo que cambiarlas por otras.

En todo momento, el general de división en la reserva exculpó al exministro de Defensa, Federico Trillo, y a sus subordinados. Una forma de aceptar cargar con todo el peso de las acusaciones. "Navarro asegura que la decisión de efectuar la repatriación de los cuerpos de forma urgente fue suya. Lo que nos hubiera gustado es que, en lugar de actuar con tanta ligereza, hubieran sido tan rigurosos como los militares y los forenses turcos", indicó uno de los abogados de las familias afectadas.