Ana no tiene rostro, pero sí voz. Ayer la tuvo en la asamblea que organizó Podemos en la plaza del Pilar de Zaragoza. Ana no tiene rostro, pero sí un número, 210. Son los euros que percibe cada mes y con los que debe alimentar a sus dos hijos. Su queja, como la de tantos otros ciudadanos que se han quedado sin el Ingreso Aragonés de Inserción (IAI) fue una gota más en medio de las demandas de la gente de a pie.

Todos tuvieron su momento en una asamblea en la que participaron más de 200 personas. Hacía frío y llovía. Se gritó: "Sí, podemos", con más fuerza y convicción que antes. Fue una celebración por los resultados de las elecciones europeas; una ocasión para dar las gracias y para recordar que los problemas de la sociedad siguen ahí. Un buen día para mojarse.

Estuvieron los padres que reclaman un nuevo colegio para el barrio Valdespartera, que recordaron la importancia de la educación pública, y de tener un centro público cerca de casa. Tuvieron voz algunos integrantes de la asociación en defensa del patrimonio de Aragón, Apudepa, que denunciaron el demolición de Averly y pidieron el apoyo de la gente hoy en una concentración que tendrá lugar frente a la antigua fábrica. Hablaron Ana y otras muchas, que lamentaron los retrasos de hasta 10 meses que sufren en la recepción del IAI. "La gente está pasando hambre, tenemos que hacernos fuertes y unirnos", dijeron.

Ahí estuvo el recién elegido eurodiputado, Pablo Echenique (Rosario, 1978), que se llevó todos los aplausos y felicitaciones. "Había que celebrar el golpe sobre la mesa que dimos el domingo, y lo hacemos en la calle, como la gente normal", dijo. "Esto es solo el principio, habéis demostrado que sí se puede y el resultado en las elecciones es esperanzador", reconoció.

El entusiasmo y el optimismo era evidente entre los congregados. Imposible trazar un perfil: gente de todas las edades y condiciones. Pero Echenique quiso bajar el balón al suelo, y sobre todo evitar el exceso de espectativas. Lo hizo, como buen físico teórico, con una realidad incontestable: "Todavía gobiernan ellos. Queda mucho trabajo por hacer, aún no hemos ganado. No podemos ser solo testimoniales porque nosotros hemos venido a cambiar el país y hasta que no lo consigamos no vamos a parar", dijo. Un aviso a navegantes y toda una declaración de intenciones.

Recordó Podemos ayer por la tarde al espíritu de Podemos. Pero con una salvedad. Las peticiones, quejas y reivindicaciones en esta ocasión se ponían sobre la mesa y Echenique, ya como representante público tomaba buena nota de ellas. Nada de debates eternos, ni filosofía. Una lluvia de realidad y de eficacia. Ahora se pueden hacer cosas, la gente cree que es posible. El cambio es cuantitativo y cualitativo. ¿Qué partido político sería capaz de reunir a 200 personas bajo la lluvia? El grito, "sí se puede" cobró más sentido que nunca. Mientras las formaciones tradicionales buscan reconocerse, Podemos parece haberse encontrado. Fue en la calle, bajo la lluvia. Un buen día para mojarse. Un día como cualquier otro.