El consejero de Hacienda del Gobieno de Aragón, Fernando Gimeno, abrió ayer el turno de comparecencias para explicar el proyecto de presupuestos autonómicos para este año lanzando una advertencia: la ausencia del proyecto estatal no solo pone en peligro los 148 millones de euros comprometidos para Aragón, sino una multitud de transferencias mediante convenios y cofinanciaciones.

Aun así, y a pesar de la gravedad que supone que el Estado ni siquera haya presentado su proyecto, consideró que no será necesario retener créditos del presupuesto autonómico, porque los pagos nacionales se acumularán todos en el segundo semestre. Gimeno también se mostró optimista en cuanto al cumplimiento de la regla de gasto, y con la posibilidad de que Aragón cumpla con la regla de gasto impuesta por la Unión Europea.

Gimeno planteó alguna solución en el caso de que se prolongue la demora. Entre ellas, proponer la cuestión ante un órgano «neutral» como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), o ante el Consejo de Estado, para que se pronuncien acerca de la posibilidad de que las partidas se transfieran en la cantidad comunicada inicialmente. Otra opción sería aprobar una iniciativa legislativa en el Congreso para autorizar el pago completo ya que, ha insistido Gimeno, estas cantidades pertenecen a las comunidades autónomas.

Estas fueron sus explicaciones en la presentación global de unas cuentas que superan los mil millones y que aumentan el gasto en inversión y en políticas sociales. Un 13% y un 5%, respectivamente. Como ya había dicho con anterioridad, son unos presupuestos «a la ofensiva» en un año de tímida expansión, lo que permite afrontar el ejercicio con más optimismo. También explicó que se superarán las previsiones de ingresos y que se alcanzará una ejecución superior al 97%, un porcentaje más elevado que en años anteriores.

Con el beneplácito de Grupo Mixto y Podemos (aunque su portavoz, Héctor Vicente, echó en falta «valentía» en algunos puntos y recordó que el apoyo se circunscribe de momento a la toma en consideración), Gimeno se encontró con la oposición del PP, PAR y Ciudadanos, que coincidieron en su malestar por la alta carga impositiva, que este año además afecta también a las tasas.

Antonio Suárez, del PP, dijo que la «excesiva carga fiscal» es «difícil de digerir». Elena Allué, del PAR, consideró que el presupuesto «está lleno de agujeros y no acaba con la emergencia social». Javier Martínez, de C’s, los tildó de «continuistas» y «más bien poco de izquierdas».