Anoche empezó a marcharse Gloria, el temporal ciclónico que ha sacudido Aragón durante los últimos tres días y que ayer dejó innumerables incidentes. Dejó poca reputación pero mucha notoriedad esta borrasca que hoy camina hacia el oeste y que permitirá empezar a hacer cálculos de los pequeños desastres que han cruzado las distintas comarcas aragonesas, con pueblos aislados, una docena de carreteras cortadas, decenas de tramos con uso obligatorio de cadenas, miles de clientes de Endesa sin suministro eléctrico, incidencias en la señal telefónica, colegios medio vacíos... Ni los AVE se libraron, marcando entre 15 minutos y 30 minutos de retraso el día en el que prácticamente todo quedó afectado en Teruel y parte de la provincia de Zaragoza, sobre todo en la Ibérica, aunque conforme avanzó la jornada y las temperaturas subieron, la lluvia fue aliviando distintas zonas.

El lunes ya había dejado numerosas incidencias en Teruel, pero la entrada de la noche y el recrudecimiento de la borrasca dejó centenares de imágenes blancas por los pueblos de la mitad sur de Aragón, fundamentalmente en Gúdar-Javalambre, Cuencas Mineras y Andorra-Sierra de Arcos.

El amanecer anunció los problemas que se acumularían. Solo cien niños de las rutas escolares turolenses llegaron a clase. Otros 2.200 se quedaron en casa ante la imposibilidad de circular por las vías necesarias. En total, un 96,5% de niños y jóvenes no pudo acudir a sus aulas. En Zaragoza fueron cien los alumnos sin cole.

Las comarcas del Matarraña y el Bajo Aragón fueron las más afectadas por los cortes eléctricos. Endesa fue incapaz de restablecer el suministro durante la jornada de ayer a unos 3.000 clientes de estas zonas por la «imposibilidad» de acceder a los postes dañados. A lo largo del día, y con la colaboración de los orugas de la UME, se resolvieron «problemas puntuales» que devolvieron el suministro a unos 4.000 clientes. En todo Teruel más de 7.000 familias sufrieron las consecuencias eléctricas de la borrasca. Se conectaron cinco grupos electrógenos en Torre del Compte, La Fresneda, Ráfales, Fornoles y La Portellada.

En la provincia de Zaragoza se trabajó durante la noche para resolver la incidencia que afectaba a 800 clientes de Azuara y Letux, así como a 621 repartidos entre Gallocanta, Berrueco, Castejón de Tornos, Las Cuerlas y Samper.

En las carreteras, los mayores problemas se produjeron entre Cariñena y Caminreal en la A-23, donde, al igual que en la A-2 (Zaragoza-Madrid) fueron embolsados en áreas de servicio y en los laterales de las vías cientos de camiones para no bloquear la calzada.

Tras una mañana con muchas restricciones en el tráfico, en torno a las 15.00 horas la A-23 tuvo que ser cerrada completamente al tráfico entre Cariñena y Caminreal. Dos horas después se reabrió, pero solo para turismos con cadenas entre Cariñena y el límite con la provincia de Teruel. Hasta pasadas las siete y media no comenzaron a desembolsar los coches parados.

QUITANIEVES Y LA UME

Los problemas llegaron a afectar a setenta tramos de carreteras de Zaragoza y Teruel, donde las quitanieves trabajaron a destajo. Para colaborar con el centenar de máquinas que limpiaron la comunidad, la Unidad Militar de Emergencias (UME) desplegó a 123 militares y 28 vehículos de intervención de diferentes tipos.

Además, las fuertes nevadas provocaron el colapso de varias cubiertas en las comarcas del Bajo Aragón, Cuencas Mineras y Matarraña: el tejado de una empresa y el muro de la piscina en Alcorisa; parte del techo del frontón en Escucha; una nave en Fuentespalda; el techo de una empresa en Cretas, y el pabellón polideportivo en Valderrobres.

Gloria remite hoy, día para el que la Aemet prevé en las tres provincias cielo cubierto y precipitaciones de lluvia, con la cota de nieve entre los 1.200 y los 1.500 metros. Aragón empieza a desencadenarse mientras se pone en prealerta por los problemas que pueda causar el deshielo.