Las grúas han vuelto a formar parte del paisaje de algunos barrios de Zaragoza. Tras casi ocho años en el dique seco, el sector aragonés de la construcción comienza a desperezarse. Al menos una treintena de obras están en marcha actualmente en la capital aragonesa, unas promociones que, además, están despertando un gran interés entre los ciudadanos que pueden acceder a una vivienda nueva. De hecho, el sector reconce que muchos de ellos vuelven a comprar sobre plano, algo que no ocurría desde hace tiempo.

Los datos de licencias de obra que concede el Ayuntamiento de Zaragoza confirman esta (aún leve) recuperación: el año pasado se otorgaron 1.335 visados, frente a los 1.040 del 2015. La cifra, no obstante, aún está muy lejos de los 3.150 del 2009 y a años luz de los 8.940 del 2006. La estadítica registral inmobiliaria también apunta en este mismo sentido. «La compraventa de vivienda nueva en el tercer trimestre del 2016 subió un 29% en Aragón respecto al segundo, algo que viene sucediendo desde hace un tiempo y que evidencia un cambio de tendencia tras un largo periodo de bajadas», destaca el director del grupo de Análisis Inmobiliario de la Universidad de Zaragoza, Luis Alberto Fabra.

Con todo, la patronal del sector en la comunidad aún se muestra muy cauta con este «tenue repunte», si bien reconoce que Zaragoza sale mejor parada que el resto de grandes ciudades. «Aquí promediamos 20 licencias por cada 10.000 habitantes; en Madrid apenas son seis y otras como Sevilla o Valencia aún tienen menos actividad», indica el presidente de la Confederación de Empresarios de la Construcción de Aragón (Ceac), José Luis Roca.

quien achaca este mejor posicionamiento al hecho de que la comunidad haya podido mantener «un sistema financiero propio» (Ibercaja) que sigue respaldando los proyectos de las promotoras.

DEMANDA RETENIDA

Lo que parece evidente es que en la capital aragonesa había una «demanda retenida» de vivienda nueva, tal y como destacan fuentes del grupo Lobe. «Había mucha gente que llevaba tiempo esperando a que escampara el temporal o a que los precios siguieran bajando porque ahora vemos mucho más interés; la gente vuelve a comprar bastante sobre plano, incluso promociones que vamos a entregar en el 2019», explica la directora comercial de Lobe, Trinidad Miguel, que destaca que ahora su grupo tiene en marcha en Zaragoza seis obras, cuando en los últimos años trabajaban al mismo tiempo en una o dos.

El éxito comercial está acompañando a muchas de las nuevas promociones. No en vano, ya hay fases agotadas o en las que quedan solo los pisos más pequeños.

Según indica Fabra, este buen nivel de comercialización está provocando que algunas empresas comiencen a encarecer sus viviendas. «Apenas había oferta de pisos nuevos, pero cuidado con repetir los errores del pasado porque estamos viendo que ya hay subida de precios de una fase a otra», advierte Fabra, que, por otra parte, alerta del peligro de volver a construir en exceso: «No será fácil que haya mucho relevo de compradores, porque hace falta tener bastante liquidez para adquirir una vivienda nueva».

La directora comercial de Lobe reconoce que se están produciendo esas subidas y lo achaca a la ley de la oferta y la demanda.

TÍMIDO AVANCE EN EL EMPLEO

La mejoría del mercado inmobiliario -cimentada sobre todo en la compraventa de pisos usados- aún no ha logrado impulsar de forma relevante ni el empleo ni la cifra de empresas del sector. De hecho, la comunidad cuenta con 33.000 ocupados (21.000 asalariados y 12.000 autónomos), mientras que en el 2007 llegó a haber casi 80.000. «Estamos en el nivel de empleo de los 90, aunque también es cierto que en los años más duros de la crisis la cifra de asalariados cayó hasta los 17.000», apunta el secretario de la construcción de UGT Aragón, Manuel Grande.

Respecto al tejido empresarial, la patronal Ceac señala que el número de firmas ha caído un 50%. Así, en el 2007 había unas 15.500 compañías (7.800 de ellas eran autónomos sin asalariados), mientras que hace dos años apenas eran unas 8.000.

Roca es muy consciente de que la actividad no volverá a los niveles de antes del estallido de la burbuja, una época en la que, por otra parte, España construía anualmente más casas que Alemania, Francia e Italia juntas.

La rehabilitación de viviendas para incorporar factores bioclimáticos y de eficencia energética es uno de los nichos en los que más confían los sindicatos para impulsar el empleo de la actividad, pero, según indican tanto Grande como Roca, no acaba de despegar.

LA BANCA TAMBIÉN CONSTRUYE

Buena parte de las viviendas puestas en marcha en Zaragoza están promovidas de manera directa o indirecta por los bancos debido a la gran cantidad de suelo que acumulan. Así, en el sector ha aparecido una figura para dar salida a esos activos denominada promoción delegada, en la que las entidades son las dueñas del suelo en cuestión al estar el préstamo de la constructora en fallido. El 60% de los pisos que están en marcha ahora en la ciudad se construye bajo esta fórmula.