La operación retorno empezó ayer por la tarde sin que concluyeran las negociaciones que, a contrarreloj, mantienen los propietarios de grúas y las aseguradoras para acabar con el paro técnico que afecta a casi todas las comunidades autónomas desde el martes. A pesar de las expectativas, ambas partes seguían, de madrugada, sin concederse tregua.

La patronal de las aseguradoras, Unespa, recibió a primera hora de la tarde la contraoferta de los gruistas. En el documento, se exigía que un organismo "independiente" estudie la viabilidad económica de las empresas de grúas --unas 29.000 en toda España-- y decrete unas tarifas "ajustadas a las necesidades del sector". Las cantidades que actualmente cobran por servicio las grúas de las aseguradoras son, según los huelguistas, "las más bajas de Europa y no llegan ni para cubrir gastos".

El informe que debe realizar la institución independiente debería ser, a juicio de los empresarios, vinculante. Este punto es el que mantenía enfrentadas anoche a las dos partes. Unespa se negaba a que el estudio fuera de obligado cumplimiento. Las aseguradoras estaban de acuerdo en que se realice el informe y que así se demuestre si las grúas tienen razón cuando exigen un aumento de tarifas para justificar el parón. Sin embargo, Unespa insiste en que el estudio sólo debe ser un "referente" que determine que tarifas se tienen que incrementar, pero en ningún caso de manera unilateral, sino que éstas deben ser negociadas empresa por empresa.

Los empresarios de auxilio en carretera también exigen que el estudio esté concluido en cuatro semanas. Durante este tiempo, las grúas proponen cobrar sus servicios directamente a los particulares, para que luego éstos pasen la factura a las aseguradoras. De hecho, esta es la práctica que se viene realizando desde el inicio de la huelga. Sin embargo, las aseguradoras no están de acuerdo que este sistema se mantenga como única práctica durante el mes que se tarde en confeccionar el estudio de viabilidad. Eso sí, de momento, las aseguradoras están abonando todas las facturas que les presentan los automovilistas afectados.

La reunión de anoche, a pesar de su importancia, estuvo a punto de no celebrarse. El motivo fue que los gruístas se empeñaron en que el ministerio de Economía entregara la contraoferta a Unespa. El Gobierno, sin embargo, se negó porque quiere mantener su actual postura neutral y no mediar en un conflicto que atañe sólo a empresarios.

Para acabar de complicar las cosas en la carretera, los gruístas de Portugal anunciaron que el próximo uno de septiembre se reunirán en asamblea para votar si, "por solidaridad con los compañeros de España", se unen a la huelga.