Las medidas de seguridad en la línea de alta velocidad entre Madrid, Zaragoza y Lérida y en el ramal de Huesca se intensificaron ayer nada más detectarse el explosivo en el AVE de Sevilla. Los cuarteles de la Guardia Civil recibieron como orden prioritaria de servicio patrullar a lo largo del trazado y controlar especialmente viaductos, túneles y pasos sobre las vías. Al mismo tiempo, los helicópteros incrementaron la vigilancia a lo largo de los corredores ferroviarios de Aragón.

Fuentes ferroviarias aseguraron que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado aumentaron el control en las estaciones de la línea. Las autoridades incluso decidieron desplegar varios retenes mixtos de guardia a lo largo del corredor, dotados de un tren para desplazarse de inmediato a cualquier punto de la línea. Estos grupos están compuestos por personal de mantenimiento, del Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) y de seguridad--.

Al mismo tiempo, el GIF aumentó la plantilla habitual del centro de control y seguridad del AVE Madrid-Lérida, desde el que se supervisa los sistemas de la línea y se gobiernan las 700 cámaras instaladas en el trazado.

El celo de los responsables ferroviarios llevó incluso a aplicar la máxima medida de seguridad al detectarse una avería a las cinco de la tarde en Arcos de Jalón: interrupción del tráfico. La medida afectó a siete trenes --dos AVE y cinco Talgo Altaria--, que estuvieron retenidos en distintos puntos entre una y más de dos horas. El tramo fue revisado a pie por agentes y técnicos y se comprobó lo que se sospechaba, un circuito de vía había fallado provocando que los semáforos cercanos se pusieran en rojo.