Desde los primeros síntomas evidentes de la crisis económica, allá por el 2008, se ha producido un imparable crecimiento del número de universitarios que tratan de compatibilizar sus estudios con un trabajo, normalmente a tiempo parcial, dada la precariedad del mercado laboral. Así, según el Informe de la Juventud en España (2012), entre el 2008 y el 2012 ha aumentado en un 50% el número de jóvenes entre 15 y 29 años que estudian y trabajan.