No entraba en sus planes, pero la aragonesa Belén Abecia ha tenido que volver a casa. «Ha sido todo muy rápido», confesaba ayer a este diario a escasas horas de haber pisado su Zaragoza natal. Hasta ayer por la mañana esta estudiante de Administración y Dirección de Empresas (ADE) estaba en Venecia, donde se encuentra de Erasmus en la Universidad Ca Foscari y este fin de semana disfrutaba de la gran fiesta del carnaval. Sin embargo, el avance de los contagios de coronavirus en el norte del país truncaron su estancia y optó por volver por el «temor» a un posible cierre de fronteras.

«Todo iba bien, pero el viernes ya me llamó mi madre y me dijo que en Padua había un afectado. Allí vamos mucho de fiesta, pero le dije que no se preocupara porque al ser carnaval nos íbamos a quedar en Venecia. Sin embargo, el domingo todo se precipitó», cuenta. «Un amigo se puso nervioso al ver que cada vez salían más casos en el norte. Hay una histeria colectiva. Desde la universidad nos mandaron un correo comunicándonos que, durante esta semana, se suspendían las clases por prevención. En ese momento pienso en quedarme en Venecia y aprovechar para hacer turismo, pero la tarde del domingo, viendo cómo estaba todo, opté por comprarme el billete de avión», explica la joven.

Sin controles

Su vuelta, en un principio, era hoy. Sin embargo, «una hora después» de su compra fueron sus padres quienes le cambiaron el billete y le consiguieron vuelo ayer. «Ha sido todo un poco desconcertante y raro. El domingo no salí de casa, salvo para comprar algunas cosas para el viaje, pero ya vi a todo el mundo con mascarillas y un ambiente tenso», asegura Abecia. La joven, que aterrizó en Barcelona, se mostró «sorprendida» porque «ni en el aeropuerto de Venecia ni en el de Barcelona» le hicieron ningún tipo de control.

Mientras, en Aragón, antes de que sea necesario adoptar medidas como ha hecho Abecia, algunos centros escolares ya las están previniendo, o sufriendo las de otros países. Es el caso del instituto Clara Campoamor de Zaragoza, que tras la Cincomarzada esperaba la llegada de una veintena de alumnos italianos, de una localidad próxima a la zona cero de contagios en el norte del país, pero la visita ha sido suspendida por el control de su Gobierno.

Así lo confirmaron fuentes de la dirección del centro zaragozano, que también va a posponer el intercambio a la inversa que un grupo de estudiantes de aquí iba a realizar en abril o mayo. Y está por decidir si anularán el viaje de estudios que los alumnos de 4º de la ESO tenía previsto hacer a Italia el próximo mes.

Pero mientras los particulares y centros escolares toman precauciones, los efectos del coronavirus no se dejan en grandes eventos o infraestructuras. Así, la FIMA se abrirá hoy sin contratiempos, pese a que de sus 1.653 expositores, 275 proceden de Italia, es decir, alrededor de una quinta parte. El presidente de la Feria, Manuel Teruel, apeló a la «prudencia» y a la «responsabilidad», ya que «no hay ninguna alarma». El máximo representante de la institución recalcó que las marcas italianas desplazan a delegados comerciales en España, al tiempo que incidió en que la mayor parte de estas están localizadas en el centro o sur del país, mientras que la crisis del coronavirus se ha localizado en el norte, más industrial.

Desde Feria de Zaragoza están en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores y con el de Sanidad, pero la única afección, mínima, fue la cancelación de ocho expositores chinos que ocupaban un pequeño espacio.

Tampoco se han cancelado los vuelos a Bérgamo desde el aeropuerto de Zaragoza, y de hecho la única medida que por el momento se ha adoptado en los aeródromos ha sido aumentar la información sobre el virus.

PROTOCOLO EN ARAGÓN

Aragón cuenta, desde finales de enero, con un procedimiento de actuación ante un posible caso de infección por coronavirus y que está determinado por el Ministerio de Sanidad. Desde hace semanas, tal y como adelanto EL PERIÓDICO el pasado 27 de enero, se determina que cuando hay una sospecha al paciente se le debe poner una mascarilla quirúrgica y situarle en una habitación de aislamiento. Por el momento, en Aragón no se ha producido ningún caso sospechoso y se considera que la enfermedad «tiene muy escaso potencial» de afectación. «El sistema sanitario está preparado para manejar este y otros problemas», insisten.

Si un paciente sospechoso pasa a ser investigado, «inmediatamente» se le tomarán muestras que se enviarán al Miguel Servet, donde se realizará la prueba PCR. Está disponible desde el 21 de febrero y consiste en un test que detecta o descarta la infección.

EL CAMPUS CONTACTA CON TODOS LOS ESTUDIANTES ERASMUS

La Universidad de Zaragoza ya ha contactado con todos sus estudiantes que se encuentran de Erasmus en Italia y también lo ha hecho con aquellos italianos que están en la capital aragonesa. Según señalaron a este diario fuentes de la institución académica, el Vicerrector de Internacionalización y Cooperación, Francisco Beltrán, ha enviado a todos una carta en la que les transmite «tranquilidad» y les reseña que, ante cualquier tipo de sospecha, duda o síntoma, «se pongan en contacto con el 061».

Beltrán ya ha mantenido reuniones con los responsables del Departamento de Sanidad para conocer la situación y transmitir el mensaje a los estudiantes. Hay varios alumnos aragoneses que han vuelto a Zaragoza desde Italia (concretamente desde varias zonas del norte) tras cursar allí el primer cuatrimestre. A ellos se les ha pedido que si tuvieran alguna sospecha o inquietud llamen al 061 para comunicarlo. Lo mismo se le ha dicho a los estudiantes italianos que están en Aragón de Erasmus.