Trágico final tuvo ayer el atrincheramiento que un zaragozano mantuvo durante 20 horas en un bar del Casco Histórico. Luis Pedro Rocaful Gutiérrez, de 63 años, acabó con su vida en el momento en el que el Grupo de Operaciones Especiales (GOES) de la Policía Nacional optó por entrar en el establecimiento, ayudados de gases que evitaran un desenlace de estas características.

Todo comenzaba sobre las 23.00 horas del lunes cuando este hombre entraba en el bar Masi2 de la calle La Salina. Allí se encontraba la camarera y expareja, Fátima Sánches, y varios clientes a los que pidió que salieran de allí, que iba con un arma. En un primer momento no le tomaron en serio porque era el dueño de esta cafetería, pero, según la propia Fátima, sacó a relucir su revólver y les apuntó, por lo que salieron corriendo y llamaron al 091. Dentro solo se quedó Luis Pedro.

Hasta el lugar se acercaron de forma inmediata miembros de la Brigada de Homicidios, del Grupo de Atracos, los GOES, un inspector jefe que asume en la comunidad autónoma el papel negociador, Policía Local y un equipo de sanitarios de la UVI móvil. Habían pasado escasos minutos, y el dispositivo estaba desplegado en esta calle, además de cortar al tráfico y acordonar las adyacentes por motivos de seguridad.

CONVERSACIONES Desde el primer momento Luis Pedro Rocaful Gutiérrez se mantuvo en la misma posición: quería estar tranquilo y que le dejaran solo en el interior de un establecimiento que había adquirido en septiembre junto a su hasta el momento pareja sentimental. Fuera estaban los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que se ofrecían para ayudarle y, especialmente, para escucharle.

Las horas iban pasando, pero su actitud no deponía. En la calle no estaban solos los policías, sino que también se personó su exnovia, su hermana y su hijo. Llegó el amanecer, pero la situación no cambió.

Habló el negociador y también sus familiares que le pedían desde el cariño que por favor saliera fuera, pero Luis Pedro Rocaful se mantenía enrocado en su negativa. Según fuentes de la investigación, le había dejado 40.000 euros a su exnovia para pagar el traslado de esta cafetería, pero ahora había acabado la relación y se había quedado sin pareja y sin dinero. Un extremo que Fátima Sánches negó a EL PERIÓDICO, si bien manifestó "que estaba un poco loquillo. Pensaba que esto no iba a ocurrir porque estaba bien".

PETICIONES Tuvo dos peticiones, según la portavoz de la Policía, Pilar Forniés, una caja de cigarrillos y ver a Fátima, que fueron correspondidas.

Ante ello, el negociador, al que se sumó por la tarde otro procedente de Madrid, apostó por la técnica del cansancio, que Luis Pedro Rocaful Gutiérrez se cansara y decidiera salir del altillo en el que se escondía, pero tampoco hubo suerte.

Sobre las 18.00 horas, ya del martes, hicieron un último intento de negociación antes de entrar en el conocido Maxi2, pero nada pudieron hacer. Le reprocharon su actitud y decidieron entrar.

Los policías se dividieron en dos grupos equipados contra los gases lacrimógenos que iban a disparar posteriormente: de avanzadilla estaban los GOES y detrás el resto de unidades participantes.

Un cóctel de bombas aturdidoras y de humo fueron disparadas contra el interior del local con éxito, pero Luis Pedro Rocaful se escondió en una suerte de almacén en el que estaba protegido con una puerta blindada. Allí decidió pegarse un tiro en la cabeza que lo mató en el instante. Ninguna bala salió por parte de la Policía.