Empieza un nuevo año sin que las nubes negras que oscurecen el horizonte político y económico de Europa se hayan esfumado. Y quizá sí, lo peor de la tormenta haya pasado, pero todo está arrasado, y el malestar social se seguirá incubando mientras se continúen pagando a tan alto precio las facturas de la crisis. Habrá ruido en las calles y quizá veamos ver caer todavía algún Gobierno --¿en Italia?, ¿en Portugal?-- pero en el 2014 van a ser las urnas el termómetro del descontento los europeos.

Entre el 22 y el 25 de mayo del 2014, habrá elecciones en los Veintiocho para renovar la Eurocámara, de la que por primera vez dependerá el nombramiento del presidente de la Comisión Europea. Pero no va ser la corrección de ese déficit democrático ni la constatación de la gran influencia que tienen en nuestras vidas las decisiones que emanan de Europa lo que movilice al electorado en unos comicios en los que los partidos populistas --de izquierdas, de derechas y nacionalistas-- esperan sacar tajada. Habrá que ver como resisten las grandes fuerzas, Partido Popular Europeo y Partido Socialista principalmente, el auge imparable de unos extremos que beben de un profundo desaliento.

Legislativas en EEUU

El verano promete ser caliente este año en la fría Escocia, que el 18 de septiembre acudirá a las urnas para decidir en referendo sobre la independencia con una pregunta clara: "¿Está de acuerdo con que Escocia debería ser un país independiente?" De celebrarse mañana la consulta, el resultado estaría claro, según los últimos sondeos publicados en los medios de comunicación. Un 44% de los llamados a las urnas votaría no y solo un 25% lo haría a favor. Pero hay juego todavía: el 31% de los votantes está indeciso. Resultado incierto. La campaña, de momento, se está desarrollando de forma ejemplar.

En noviembre, será Barack Obama el que se someterá al examen de las urnas en unas legislativas en las que los republicanos aspiran a tomar también el control del Senado. Si lo logran, con las dos cámaras adversas, su presidencia habrá de hecho acabado. Obama será ya el lame duck (pato cojo), incapaz de impulsar leyes de calado en casa y maniatado para tomar iniciativas relevantes fuera, donde dos grandes asuntos internacionales dominarán la agenda para el próximo año: el diálogo con Irán y la cruenta guerra en Siria.

Desarme químico

Quizá Bashar el Asad complete el desarme químico. Quizá no. Pero independientemente de ello, resulta imposible vislumbrar el final a una guerra que cumplirá tres años en marzo y que ninguna de los bandos en conflicto parece en disposición de ganar.

Como también resulta imposible cerrar estas líneas sin expresar un rotundo deseo para este 2014. Libertad para Marc Marginedas, Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova y la treintena de periodistas secuestrados en Siria.