La brecha industrial entre la capital oscense y el este de la provincia no deja de ampliarse. El despegue empresarial de Fraga, el impulso de la plataforma ferroviaria de Monzón o la llegada de nuevos proyectos agroindustriales a Binéfar contrastan con el declive productivo que Huesca y el resto del territorio altoaragonés sufren desde hace años. Sin duda, la proximidad a Cataluña aporta una clara ventaja competitiva a toda la zona oriental de la provincia, pero los sindicatos y la patronal subrayan que detrás de la prosperidad de los citados municipios también hay una gran apuesta tanto de los propios empresarios de la zona como de las administraciones públicas.

En este sentido, lamentan que la capital no cuenta hoy por hoy con las mismas infraestructuras viarias. «Logísticamente, todo el este de la provincia está mucho mejor desarrollado que la capital», indica Santiago Lóriz, de la federación de industria de UGT Huesca. Todo ello ha provocado que la capital ya sea exclusivamente «una ciudad de servicios». De hecho, los sindicatos tienen la sensación de que la provincia está dividida «en dos mitades». «En toda esa zona no dejan de implantarse empresas; a Huesca no llega ni una compañía grande y las pequeñas que hay tienden a cerrar o a irse», lamenta el secretario general de Industria de CCOO Huesca, José Vegas.

MEJORES SUELDOS

El representante sindical apunta que un ejemplo de esta fuga de empresas lo acaba de protagonizar la firma de carpintería metálica Ventanas y Muros Cortina del Norte, que ha concentrado su actividad en su sede de Zaragoza afectando a una docena de trabajadores. Según Vegas, es una pequeña muestra más del goteo que está sufriendo la ciudad en los últimos años. «Apenas quedan industrias de más de 50 trabajadores y no hay perspectivas de que la cosa vaya a mejorar», añade.

Sin duda, los golpes más recientes al tejido productivo de la ciudad llegaron en el 2007 con el cierre de la pastelera Mildred (400 empleados), de Oscainox un año después y de la clausura en el 2010 de Industrias Luna (200 trabajadores). Sin embargo, informes sindicales subrayan que, en las últimas cuatro décadas, cerca de 30 industrias han cerrado en la ciudad de Huesca y su entorno.

Sea como sea, el influjo de la zona oriental, el tirón del sector servicios, de la administración pública, de la agricultura y del turismo son cimientos más que suficientes para garantizar la creación de empleo en todo el territorio altoaragonés. No hay más que ver que Huesca tiene la séptima tasa de paro más baja de todas las provincias del país. «Es evidente que estamos mucho mejor que otros, lo que ocurre es que la industria genera por lo general empleos de más calidad y mejor pagados que el sector servicios; y eso es lo que penaliza a la ciudad de Huesca y a su entorno», explica Vegas.

Tal y como destaca el presidente de CEOS Cepyme Huesca, José Fernando Luna, una de las grandes esperanzas de la capital son las firmas tecnológicas e informáticas, con Walqa como punta de lanza. «La clave es apostar por sectores con valor añadido», indica Luna. El parque tecnológico, que abrió sus puertas en el 2002, cuenta actualmente con unas 55 firmas que dan empleo a más de 700 personas y aspira a afianzarse como polo de innovación e I+D.

Por su parte, Lóriz también alberga esperanzas con la plataforma logística Plhus. «Le está costando arrancar, pero poco a poco empieza a moverse, aunque no a la velocidad de Monzón o Fraga», reconoce Lóriz. En los últimos meses se han instalado Hierros Alfonso, Transportes Callizo o Montajes Industriales Alto Gállego, mientras que hace dos años aterrizó Gaypu, la única firma 100% metalúrgica. Con todo, la plataforma no ha comercializado ni el 20% de sus 657.506 metros cuadrados.

Tanto los sindicatos como los empresarios insisten en que «las deficientes» infraestructuras viarias son un gran hándicap para que Huesca y su entorno capten empresas. En este sentido, Vegas subraya, por ejemplo, que urge reabrir cuanto antes el apartadero de tren de Plasencia del Monte, que dejó de estar en servicio en el 2007, mientras que Lóriz aboga por mejorar las conexiones ferroviarias de la capital con el este de la provincia.

CONEXIÓN CON FRANCIA

En esta materia, la DGA también quiere trabajar para conectar Plhus con la línea internacional de Canfranc con el objetivo de impulsar su competitividad. «Si queremos captar empresas debemos mejorar las comunicaciones», apunta Luna.

Como indican los sindicatos, la escasez de profesionales vinculados con la industria también es un lastre para captar empresas del sector. «Si las firmas no encuentran soldadores o técnicos de mantenimiento será muy difícil que se instalen aquí», señala Vegas, que lamenta que en toda la provincia solo hay un centro de FP del que salen cada año 20 alumnos formados en estas materias. A este respecto, el sindicalista apunta que las compañías que aterrizan en la zona más oriental de la provincia siempre pueden captar personal de Lérida. «Según tenemos entendido, hay un proyecto de abrir un gran centro de FP en la provincia, si se implanta en Huesca sería muy positivo para nuestros intereses», comenta.

La falta de viviendas de alquiler en la capital oscense es otro problema añadido, mientras que las restricciones a instalar granjas de tipo intensivo en el entorno de la capital tampoco ha ayudado a captar empresas agroindustriales. Y es que según diversas fuentes, la normativa en esta materia es más estricta en esta zona que en el este de la provincia.