Los alcaldes de Huesca y Teruel reclamaron ayer en un acto público en Zaragoza el reconocimiento por parte del Gobierno de Aragón a su singularidad como capitales de provincia. Esta petición llega una vez cerrado el acuerdo legislativo entre Zaragoza en Común (ZeC) y el Gobierno de Aragón por el que, tras años y años de conversaciones entre administraciones, la DGA dotará con un fondo especial a la capital autonómica para garantizar la prestación de competencias. «Que los tres ayuntamientos tuviéramos una ley de capitalidad sería lo justo y lo legítimo», resumió la regidora turolense, Enma Buj.

Este nuevo marco entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza fue uno de los ejes sobre los que transcurrió el encuentro entre los alcaldes de las principales ciudades aragonesas, Pedro Santisteve (Zaragoza, ZeC), Luis Felipe (Huesca, PSOE) y Emma Buj (Teruel, PP), convocados para indagar en los cambios producidos en las instituciones y en la sociedad bajo la idea de «la nueva política» tras el 15-M. Los tres regidores pusieron especial énfasis en la financiación de sus ciudades a la hora de analizar estas novedades.

NO COMPETIR

Felipe adelantó que ya ha presentado una «propuesta razonada» ante el Ejecutivo de Javier Lambán para abordar la «sostenibilidad financiera» de los servicios que en la capital altoragonesa se están ofreciendo a los ciudadanos. En su opinión, es necesario «redistribuir los recursos» y para ello reclamó «herramientas» que permitan reconocer las singularidades de cada uno de los interesados. «Nos tenemos que poner de acuerdo y no competir», aseguró.

Por su parte, Buj denunció el excesivo peso que tiene Zaragoza en el conjunto autonómico y lamentó la condición de «periferia» a la que están resignadas el resto de las ciudades. «Me parece justo que se reconozca la situación de Zaragoza, pero es necesario que en Aragón nos tomemos en serio el problema de la vertebración», destacó.

La alcaldesa bajoaragonesa denunció el actual modelo territorial en el que la capital se ha convertido en una ciudad «muy grande» mientras el resto de zonas tienen que lidiar con el fantasma de la despoblación. «El debate viene de muy antiguo, pero en los últimos tiempos se está agravando», alertó.

PUNTOS DE ACUERDO

Desde Zaragoza las cosas se observan con otra perspectiva. Santisteve recordó que el marco que se ha tomado para el acuerdo con la DGA es el que suele primar en las grandes capitales, algo que permitirá en los próximos años «normalizar las relaciones entre las dos adminsitraciones». También pidió que no se trate de «enfrentar a los territorios» con este tipo de medidas cuando se pueden encontrar puntos de acuerdo, tanto con Teruel como con Huesca. «Estamos unidos en muchas más cosas», recordó.

Santisteve puso sobre la mesa que la ley de capitalidad que se ha consensuado con la DGA permite poner coto a muchos «asuntos escabrosos» a los que se han enfrentado con la administración autonómica. «Esto nos permitirá tener una vía de diálogo abierta para solucionar muchos enfrentamientos», destacó. Puso como ejemplo el problema de las áreas periféricas, el consorcio de transporte o la gestión de residuos.

Felipe felicitó al responsable de ZeC por el acuerdo alcanzando y lanzó una petición. «Es bueno que Zaragoza tenga una visión conjunta de todo Aragón, pues esto puede ayudar a crecer tanto a Teruel como a Huesca», aseguró. Entre las posibilidades de colaboración para los dos ayuntamientos, con el amparo explícito de la DGA, estaría la creación de un corredor de comunicación entre las dos ciudades. «No puede ser que Zuera marque el punto de separación», precisó.

MUNICIPALISMO

Por otro lado, Felipe se mostró crítico con la falta de planificación conjunta de algunas de las especificidades provinciales. «Aragón tiene que equilibrar sus políticas y sus territorios», indicó. Y consideró que esta premisa no se está aplicando cuando se dan procesos de competencia interna que consideró innecesarios. Es el caso del polígono tecnológico Walqua, puesto en marcha en la capital altoaragonesa y que fue respondido poco tiempo después con el desarrollo del proyecto Milla Digital en Zaragoza. «Aragón está viviendo un proceso de recentralización absoluto», advirtió.

En la primera mesa conjunta en la que participan los tres regidores se mostró el abanico de apoyos del municipalismo aragonés. El más llamativo, por su repercusión estatal, es el modelo zaragozano, con el partido de confluencia ZeC apoyado por el resto de fuerzas de izquierda. En el caso altoaragonés es el PSOE el que dirige la alcaldía gracias a la participación activa de Cambiar Huesca y Aragón Sí Puede. Más tradicional es el reparto en la capital turolense, con un consistorio en manos del PP gracias al apoyo del PAR y también el de Ciudadanos.

Otro de los pilares sobre lo que pilotó el debate fue el de la financiación. «Con una mayor autonomía financiera podríamos atender a las costuras rotas que han dejado en los barrios las políticas basadas en la especulación», indicó Santisteve. Más pragmática fue Buj a la hora de valorar la situación local. «No podemos volver a las viejas políticas, tenemos que gastar lo que tenemos», indicó. Felipe pidió cambios en la ley de racionalización del gasto, que tiene limitada la autonomía de los ayuntamientos.

La jornada, en la facultad de Economía, estuvo organizada por la Asociación Aragonesa de Sociología y el colegio de Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas y Sociología, con la colaboración del departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza. Otras de las mesas celebradas llevaron el nombre de Participación y municipalismo, claves de la nueva política y Una visión 360º ¿Qué hay de nuevo en la nueva política?.