El presidente del Gobierno aragonés, el socialista Marcelino Iglesias, recuperó ayer el pulso político tras el parón estival con una invitación a CHA a "participar" en el diálogo hidráulico y "replantearse" su postura ante la cota media del embalse de Yesa, una obra sobre la que parece existir un notable consenso al que Chunta no se ha sumado. Iglesias garantizó que no hay "nada cerrado".

A lo largo de esta semana, las instituciones políticas de la comunidad recuperarán poco a poco su ritmo para iniciar un nuevo curso tras las vacaciones de verano. Después de unos días de descanso, el presidente de la DGA reapareció en escena y lanzó sus primeros mensajes en declaraciones a RNE , unas manifestaciones que indican hacia dónde irán los debates en los próximos meses.

Iglesias se refirió al diálogo abierto en la comunidad antes del verano, sobre las grandes obras hidráulicas polémicas. La DGA quiere lograr un nuevo consenso en materia de agua que permita eliminar los conflictos y agilizar los proyectos pendientes. Para ello, ha puesto en marcha varios grupos de trabajo en la Comisión del Agua de Aragón, uno de los cuales ha perfilado un primer acuerdo sobre el tamaño que debe tener el recrecimiento del embalse de Yesa.

Dicho acuerdo inicial pasa por hacer una ampliación de la presa menor de la prevista. Partidos y agentes sociales han sugerido que pueden asumir esta modificación si lleva al consenso. Salvo CHA, que ha puntualizado que hay fórmulas para aumentar la disponibilidad de agua sin recrecer nada el embalse.

TODO POR HACER En este sentido, el presidente socialista reclamó a los nacionalistas que tomen parte en este debate abierto, en el que --comentó-- "no hay nada cerrado". En su opinión, es necesario "agotar" todas las posibilidades de diálogo en bien "de los intereses de Aragón".

Iglesias invitó a Chunta a "replantearse" su postura, después de que hace apenas unos días los nacionalistas rechazaran el preacuerdo sobre Yesa y alegaran que se ha tomado sin el de los implicados.

A juicio de CHA, los afectados --municipios de Artieda y Mianos, ecologistas y detractores de grandes embalses-- no han tenido opción alguna en lo que Chunta calificó de "falso debate". Los implicados no quisieron asistir a la última reunión que celebró el grupo de trabajo sobre obras polémicas.

EL ORIGEN DE LA DISCUSION Como publicó este diario, las Bases de la Política del Agua de Aragón --encargadas por la DGA y sometidas a debate en la Comisión del Agua-- hacen una clara apuesta por la llamada cota media de Yesa, un proyecto que elevaría unos metros la presa actual, pero no tantos como para triplicar su capacidad. Esto salvaría de las aguas al municipio de Sigüés, favorable a la medida.

La propuesta fue acogida con entusiamo por el PSOE e IU, aceptada por el PAR (que ha hecho un esfuerzo interno para lograr el consenso) y recibida con cierto recelo por el PP y por los regantes de Bardenas, estos últimos, beneficiarios de Yesa. Sin embargo, también populares y comunidades de riego están dispuestos a asumir el nuevo proyecto, pero con condiciones: que se garantice su viabilidad jurídica y técnica y que se mantenga a toda costa el total de 6.550 hectómetros cúbicos de agua de que debe disponer Aragón.

La DGA desearía obtener la unanimidad ante esta actuación, pero el consejero de Medio Ambiente, el aragonesista Alfredo Boné, empeñado especialmente en recuperar el consenso interno, ya ha señalado que si no se llega a un 100% de acuerdo, pero se tiene más del 90%, será suficiente.