Podemos sigue luchando contra el tiempo que se le echa encima y las perspectivas electorales que marcan los sondeos. Pretenden «la remontada», dicen, a sabiendas de que incluso acercarse al resultado que obtuvieron en el 2015, con casi 70 diputados en el primer intento en unas generales, puede resultar ahora quimera. De momento huyen de esos augurios y también de los discursos políticamente correctos. O de las lecciones que, según su candidato Pablo Iglesias, intentar dar los otros partidos sobre el patriotismo, ciñéndolo al debate territorial y olvidando, dice, que España no se defiende en mítines para después «privatizarla y venderla a trozos» a cambio de futuros puestos en consejos de administración. Así, en el primer acto de esta campaña protagonizado por Iglesias que puede calificarse de mitin, el candidato ha llamado a los votantes de izquierda a coger la papeleta de su partido el domingo 28 de abril por ser la única garantía, sostiene, de que lo público se defiende y no se somete a mercadeo por intereses espúreos.

Consciente de que estaba en Canarias, donde el debate sobre los modelos energéticos ha formado parte del día a día y ha alimentado grandes polémicas en las islas en los últimos años -valga de ejemplo el de las prospecciones petrolíferas-, se comprometió a intentar crear desde el Gobierno una gran empresa pública de energía, que ofrezca calidad del suministro y prime que el origen sea de las renovables en lo posible y que no permita a las eléctricas tener el control. A este respecto advirtió de que fomentará un sistema racional de sanciones para este tipo de compañías y destacó la relevancia de gobernar con conciencia ecológica, «de defender el planeta, que solo hay uno, como están diciendo los más jóvenes».

En este contexto, Iglesias retó a otros candidatos a adoptar un compromiso semejante al suyo «aquí, en Canarias», refiriéndose sin mencionarlo al socialista Pedro Sánchez, que también se encuentra de campaña electoral en las islas. Iglesias ha dedicado parte de su mitin a leer una ingente lista de políticos de distintos partidos que han estado o están ocupando sillones en compañías energéticas (Felipe González, José María Aznar, Luis de Guindos, Elena Salgado, David Madí...) tachando de «traidores» a los que han dado ese paso y garantizado que no se verá nunca a alguien de Podemos en dichos consejos.