Es mucho más útil tener mucha gente en los órganos de dirección del partido que estar sólo yo en la ejecutiva". De esta forma explicó ayer Marcelino Iglesias, presidente de Aragón y secretario regional del partido, su apuesta en las negociaciones de la nueva cúpula socialista. Iglesias ha aceptado de buen grado pasar al consejo territorial, convencido de que será decisivo, a cambio de integrar a otros tres aragoneses en la ejecutiva y el comité federales.

El dirigente socialista salió satisfecho del congreso de su partido, convencido de que el PSOE aragonés "ha quedado en muy buena posición" y de que se ha evidenciado el peso que tiene su federación en el engranaje estatal. "Lo importante es que se cuenta con Aragón y mi objetivo es que Aragón esté en todas partes, en el Gobierno, en el partido y en las instituciones europeas", señaló.

Iglesias no ha querido entrar en las luchas abiertas por otros barones del partido para seguir en la ejecutiva, como el extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el catalán José Montilla o el canario Juan Fernando López Aguilar. El se ha creído el planteamiento de José Luis Rodríguez Zapatero de darle un mayor poder y decisión al consejo territorial, donde estará buena parte de los pesos pesados de la formación. Al mismo tiempo, tiene dos piezas bien colocadas en la ejecutiva federal, una salvaguarda si no prosperase este nuevo modelo de dirección.

"Es una fórmula magnífica y quiero proponerla en el congreso regional, para que los alcaldes y determinados cargos institucionales no entren en peleas por la ejecutiva, sino que tengan un espacio propio que no sea fruto de una batalla política", comentó el socialista.

Remarcó que Eva Almunia y Lucía Gómez, las nuevas integrantes de la ejecutiva federal, son de su "total y absoluta" confianza. Y reiteró que no ha querido enrrocarse en la posibilidad de estar él, "y nadie más", en ese órgano. En su opinión, se ha puesto de manifiesto el compromiso de Zapatero y del PSOE con Teruel, con la elección de su alcaldesa para la cúpula .

Marcelino Iglesias cree firmemente que no ha habido un cierre en falso con decisiones de última hora debidas a presiones territoriales.