Aragón reivindica una nueva financiación autonómica que no sólo tenga en cuenta el criterio de población, sino que el modelo debe recoger igualmente las principales singularidades de la comunidad autónoma: la extensión de su territorio y la dispersión y el envejecimiento de su población. El presidente aragonés, Marcelino Iglesias, reiteró ayer ante sus homólogos autonómicos cuáles deberían ser a su juicio las bases del futuro modelo de financiación, tras haber constatado que el sistema actual es insuficiente, de forma especial en lo que atañe a la asistencia sanitaria.

La propuesta que Iglesias puso encima de la mesa, en línea con la aprobada en las Cortes en la pasada legislatura sobre el modelo de financiación, encontró el respaldo de los presidentes autonómicos cuyas comunidades son similares en sus características a la aragonesa, como ocurre con Castilla-León. Sorprendentemente, el presidente gallego, Manuel Fraga, realizó un planteamiento similar al de su colega aragonés. Cataluña y Valencia defienden justo lo contrario, puesto que a esas autonomías les beneficia un modelo que prime el criterio de densidad de población a la hora de fijar el reparto del dinero que le corresponde a la comunidad.

JUNTO AL MURCIANO Iglesias, que se sentó junto a su homólogo murciano y su rival político por el polémico trasvase, Ramón Luis Valcárcel (PP), dedicó buena parte de los siete minutos de su intervención en la Conferencia de Presidentes al modelo de financiación, un tema que "preocupa a Aragón", confesó a los periodistas en una rueda de prensa posterior. Iglesias rechazó la fórmula de "café para todos", al remarcar que Aragón "no aspira a ser una isla, a hablar en vasco o a tener el concierto navarro". Por este motivo, apuntó que cada comunidad tiene peculiaridades reconocidas por el resto aunque sí abogó por que no existan privilegios desde el punto de vista de la financiación.

Iglesias, que viajó a Madrid acompañado del secretario general de Relaciones con las Cortes, Ramón Tejedor, se mostró convencido de que la Conferencia de Presidentes supone el inicio de una nueva etapa en el desarrollo autonómico, y valoró especialmente el hecho de que se haya reconocido "de manera solemne" a las autonomías como una parte fundamental del Estado con la que hay que contar para adoptar decisiones.

Para Iglesias, la cumbre de ayer "abre un camino de reformas muy importantes" que a su juicio redundarán en un mejor funcionamiento del conjunto del Estado. Y valoró especialmente el compromiso del presidente del Gobierno de asumir como posición propia del Ejecutivo aquellas cuestiones que se traten en la Conferencia de Presidentes y en torno a las cuales se detecte un amplio grado de consenso. Según Iglesias, todos los presidentes coincidieron en que la convocatoria ha sido "un acierto" y en que ésta debe contar con un alto grado de elasticidad "para no crear derecho pero sí producir acuerdos políticos".

REPRESENTACIpN EN LA UE Iglesias se mostró contrario a los turnos rotatorios para determinar la representación autonómica en Bruselas, y defendió la participación de cada comunidad autónoma según los asuntos que se estén debatiendo en el seno de la Unión Europea. Coincidió con otros presidentes socialistas en que éste no debe ser el foro donde se inicie el debate sobre la reforma de los Estatutos, aunque sí se puede abordar el tema en próximas reuniones, y explicó que Zapatero preguntó a los dos presidentes que tenía a su lado (Pasqual Maragall y Juan José Ibarretxe) si estarían dispuestos a plantear en la Conferencia de Presidentes sus propuestas de reforma. Ambos asintieron, detalló.