¿Cómo está Alcañiz?

Lo más importante es que la situación sanitaria está bajo control, con una disposición aceptable en el hospital y el necesario control de comportamiento por parte de las personas debido a la transmisión social del virus. Eso lo tenemos controlado. Por otro lado, la ciudad también se encuentra ilusionada a pesar de las circunstancias porque el Gran Premio es una oportunidad de recibir a bastantes visitantes ligados al circuito. No tanto en cuanto a espectadores, sino a los equipos y de propiciar las relaciones personales existentes entre ellos y la gente de la ciudad. Albergar el campeonato durante dos fines de semana seguidos supone un escaparate a través del que nos van a ver cientos de miles de personas de todo el mundo. Esa publicidad es el motor del resto del año ya que mucha gente viene al Bajo Aragón porque ha visto las carreras y quiere conocer el circuito o la zona, así que ejerce de motor dinamizador.

Motorland es algo más que un circuito para Alcañiz, ¿no?

Para nosotros, forma parte de una tradición de muchas décadas celebrando competiciones, pero es que también es fundamental el resto del año, como le digo. Porque muchos de los visitantes que acuden a la zona lo hacen porque están relacionados de un modo u otro con Motorland. Los equipos vienen a entrenar y a poner en marcha sus vehículos, las empresas ponen en práctica sus innovaciones…. Es un gran escaparate y muy atractivo.

¿Cómo va a repercutir en la ciudad el impacto económico como consecuencia de que no haya público en las gradas?

Va a ir por sectores. Los hoteles van a estar llenos estos días. Compensa esa falta de público con el hecho de que, si antes eran cuatro días de fiesta, ahora son dos semanas, a las que hay que añadir el campeonato de turismos de la siguiente semana. Así que el sector hotelero está en una buena situación y también se espera que haya gente en los restaurantes. Seguramente, el ocio nocturno será el que más se resienta y donde va a haber más repercusión económica al no poder celebrarse las macrofiestas que se organizan cada año ni ser posible habilitar los escenarios. Pero hay que controlar la noche y no se puede hacer nada en ese sentido. En general, la situación es de tranquilidad. De hecho, me consta que es imposible alquilar un piso hasta el 26 de octubre.

Y la calle, ¿cómo está?

Todo está muy tranquilo. La gente sabe que este fin de semana hay Gran Premio y que el próximo también lo habrá, pero es perfectamente consciente de que la seguridad sanitaria es lo primero y que debe vivirlo con tranquilidad. Podrá salir un poco más a comer o cenar, pero trataremos de tener siempre controlada la situación. Hay preocupación por la pandemia, como no puede ser de otro modo, pero esta oportunidad la tenemos y la vamos a aprovechar de la mejor forma posible.

¿La ilusión es la misma?

No es la misma situación que otros años. No se están montando tenderetes, ni está cortada la avenida ni hay escenarios en las calles. El ambiente no es el mismo, pero la gente está tranquila porque la situación está controlada. Estamos poniendo todo de nuestra parte para que el evento se pueda celebrar y eso tranquiliza a todos. No es la ilusión de todos años en los que era una fiesta sobre todo para los jóvenes, pero todo el mundo es consciente de la situación y lo comprende.

Motos sin moteros. No parece Alcañiz.

Pero hay moteros en la ciudad. Las reservas de un año a otro no se han anulado en muchos casos y, por ejemplo, en el Campeonato de España de velocidad que se celebró aquí hace unos días, había moteros que salían a cenar o a comer y que se van de ruta con la moto o se acercan al circuito para verlo y hacen ruta por los pueblos de alrededor. Son visitantes que, aprovechando el tirón del turismo rural, ven que merece la pena venir, se dan una vuelta por la zona y se marchan. Hay moteros aunque nada que ver con otras ocasiones. Pueden venir cientos de ellos pero no decenas de miles como años anteriores. No será ese ambiente motero de gente joven que viene a quemar rueda y a disfrutar.

¿Qué es lo que más le preocupa?

Lo que más me tranquiliza es la organización del evento porque en el circuito de Motorland hay muy buenos profesionales. Es uno de los mejores, tal y como ha sido designado en varias ocasiones. Y lo que más me inquieta es lo que no podamos ver. Hay normas para el ocio nocturno, pero cuando la gente no está en la calle puede estar en otro sitio, como en su casa o en fiestas particulares, y me preocupa que pueda haber una minoría que no se tome esto en serio e incumpla las normas con alguna fiesta o espacio nocturno. Existe un amplio despliegue de Policía y Guardia Civil, con muchos controles desde el jueves. De hecho, me aseguran que apenas hay disminución de efectivos respecto a otros años. Y es que cualquier contagio puede afectar a otras poblaciones o acarrear un confinamiento o un retroceso a fase dos que sería muy perjudicial para el sector económico y no nos lo podemos permitir. Mi mayor preocupación es que la gente cumpla las normas.

¿Llegó a pensar que Alcañiz se quedaba este año sin su gran cita?

En algún momento sí, debido a la dificultad de la situación sanitaria. Pensé que el Mundial se podía suspender y que no iba a haber carreras en ningún lugar del mundo. Nos preocupó. Además, la prioridad es el gasto sanitario y educativo y la situación económica hubiese provocado que el pago del canon (8 millones de euros) hubiera sido una dificultad, pero Dorna ha puesto mucho de su parte al no cobrarlo este año y nos ha facilitado mucho las cosas. También los patrocinadores y todo el mundo entendían que se potenciara la celebración en circuitos seguros y nosotros teníamos ventaja al estar en zona despoblada porque aporta mayor seguridad en caso de pandemia. La prioridad era aparecer en los medios y teníamos esa oportunidad. Hubo miedo pero afortunadamente se llevó a cabo un diagnóstico serio y riguroso y se va a dar visibilidad al campeonato.

¿El pago del canon habría hecho inviable la celebración del Gran Premio?

No soy yo quien decide eso, sino el Gobierno de Aragón. Es verdad que no nos lo han puesto fácil desde el Tribunal de Cuentas e Intervención del Estado en cuanto a la utilización del Fite para pagar el canon, pero ahora es comprensible que la prioridad sea la inversión sanitaria y educativa.