El Ayuntamiento de Zaragoza parece dispuesto a solventar su falta crónica de dinero a costa del bolsillo ciudadano. Con la subida de impuestos básicos recién pactada por la coalición PSOE-CHA para el 2005, los zaragozanos van a tener que afrontar en los dos primeros años del Gobierno del alcalde Belloch un monumental incremento tributario para el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), el agua y la basura que supera los aumentos acumulados durante toda la década anterior.

Contando la totalidad de los impuestos y tasas que cobra el municipio, la factura media por habitante será de unos 500 euros --2.000 euros anuales, en el caso de una familia de cuatro miembros--, el doble de los 250 euros per cápita que el consistorio cobraba en 1992.

Esta carga impositiva, disparada en nombre de los problemas financieros del consistorio, no se ha visto acompañada, sin embargo, con un crecimiento de la inversión, estancada desde hace un par de legislaturas (ver las cifras del gráfico).

Sí crece, y de forma imparable, la pesada carga del personal y del gasto corriente del ayuntamiento; en el periodo 1994-2004, estas dos partidas han subido en conjunto un 78%, frente al 54% de la inversión en el mismo periodo.

La losa del gasto --capítulos 1 y 2 del presupuesto-- triplica ahora lo que se destina a inversión. Según los datos de la memoria económica de los presupuestos del 2004 y anteriores, este año las arcas municipales destinan 602 euros por cada zaragozano para pagar a su plantilla de funcionarios y eventuales --ampliada cada año-- y para mantener en marcha la maquinaria burocrática y los servicios. Lo que se lleva la inversión --contando el capítulo 6 de gasto directo y el 7 de gasto indirecto-- es tan sólo de 182 euros por vecino.

Con estas cifras tan descompensadas, cada zaragozano está pagando este año una media de 445 euros al consistorio en concepto de impuestos y tasas, y con el pacto PSOE-CHA para aprobar el plan de estabilidad presupuestaria del consistorio, esta cifra subirá a 500 euros en el 2005 y aún más en el 2006.

El espectacular tirón aplicado por los socios de Gobierno a los impuestos afecta por ahora a los tributos básicos que pagan la mayoría de los zaragozanos como el IBI, el agua y la basura; no tiene precedentes y deja atrás cualquier incremento anterior.

Entre el 2004 y el 2005, los dos primeros años de toma de decisiones del Gobierno de Belloch, el equipo PSOE-CHA anuncia un crecimiento del 41% en el impuesto, porcentaje que se redondeará con el incremento de la base catastral sobre la que se aplica este tributo, y que es competencia del Estado.

En las dos anteriores legislaturas --ocho años-- gobernadas por el PP con la ayuda intermitente del PAR, el crecimiento fiscal fue del 35%, bastante por debajo que el de ahora. Y eso a pesar de que a mitad del camino, en 1997, se produjo una traumática revisión de valores catastrales, que disparaba los recibos.

Si se toma como referencia la década inmediatamente anterior, las diferencias son aún más sangrantes: del 94 al 2004, el IBI acumuló una subida del 78%, frente al récord del 41% de los dos años PSOE-CHA.

Lo mismo ocurre con la basura, que en el bienio de Belloch se cobrará un 58% más cara, algo más que todo lo que subió esta tasa en los ocho años anteriores del PP --57%--. Del 94 al 2004, la recogida de desperdicios subió un 90%, pese a que ahora más de la mitad de los desechos domésticos son seleccionados y depositados por cada familia en los contenedores callejeros, al margen de la recogida domiciliaria.

En el caso del agua, la factura final que cobra el ayuntamiento sube en menor medida, porque aunque el precio es bastante más caro, se consume cada vez menos.