La decisión del Gobierno de Zaragoza de ubicar la Expo 2014 en la margen derecha de Ranillas y el consiguiente traslado del Rastro, fue acogida con "sorpresa e indignación" por los ambulantes, que han sufrido dos reubicaciones en dos años y medio.

Los comerciantes calificaron la medida de "inaceptable" y advierten al ayuntamiento de que "ya incumplió el acuerdo de regresar a La Romareda con la promesa de que la ubicación actual en Ranillas sería permanente y definitiva", expresó Jesús Carbonell, portavoz de la Plataforma en Defensa del Mercado, que rechazó "tajantemente" una nueva partida.

El recinto del evento internacional abarcará desde el párking sur de la Expo, actualmente ocupado por el Rastro, hasta el parque deportivo Ebro y la Ronda Norte. "No quiero creerlo, no pueden jugar con nosotros de esa manera", apuntaba Carbonell, que se reunirá el lunes con el ayuntamiento para confeccionar el reglamento del mercado, pendiente de actualización desde el traslado a las inmediaciones del pabellón Príncipe Felipe en el año 2006. "Si entonces nos comunican que se producirá un nuevo movimiento, sería una decisión muy grave. No quiero ni pensarlo", subrayaba.

José Hernández, portavoz de los comerciantes del Rastro Pignatelli, también recibió la noticia con incredulidad. "Tanto cambio nos perjudica muchísmo. Esa opción nos parece fatal", advertía Hernández, que emplazaba la respuesta del colectivo de ambulantes a un encuentro próximo entre los afectados. "Tenemos que hablarlo porque todo esto nos ha cogido absolutamente por sorpresa. Debemos tratarlo entre nosotros".