El caso Vítrex, en el que el magistrado del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, Rafael Lasala, investiga si los propietarios de la empresa provocaron su descapitalización para cerrarla, se encuentra ya en su fase final, a la espera de que la defensa de uno de los imputados presente una prueba pericial contable para apoyar sus argumentos. El juez efectuó hace unos días los últimos interrogatorios de testigos y tomó declaración a un perito de la acusación que ejercen los extrabajadores de la factoría. Este último sostuvo que el hundimiento de la empresa no se debió a la crisis ni a la competencia de las firmas chinas, sino a la puesta en funcionamiento de una "sociedad parasitaria" llamada Vítrex Menaje, impulsada por los propietarios. Esta, según las conclusiones del informe, compraba a Vítrex SL --la matriz-- los productos que fabricaba la planta zaragozana --y otros cuya producción fue trasladada a China-- con un 30% de descuento para, posteriormente, comercializarlos con la misma cartera de clientes con la que venía trabajando la firma inicial. Eso, explicó el perito, supuso una notable merma de los ingresos de Vítrex SL, que al mismo tiempo continuaba asumiendo gastos e inversiones del grupo empresarial. En su opinión, la crisis habría provocado a Vítrex algunos problemas, pero no de entidad suficiente como para provocar su quiebra. Por otro lado, la defensa de los empresarios ha desistido del recurso en el que sostenía que la causa debía ser instruida en Barcelona.