El 2018, último ejercicio con presupuestos en Aragón, se cerró con una ejecución presupuestaria de las inversiones reales (recogidas en el capítulo VI) del 83,87%, 10,5 puntos más que en el último año de la anterior legislatura. Es decir, que el año pasado de cada 100 euros presupuestados para inversiones reales, se gastaron casi 84. Esta cifra es la más alta de la legislatura, aunque cada año los datos son similares. El gasto en inversiones reales es aquel destinado a la creación de infraestructuras o bienes tangibles, que se pueden inventariar, amortizar y que son productivos.

En el 2015, primer año de presupuestos del Gobierno PSOE-CHA, se gastaron 80 euros de cada 100 para inversiones. En el 2016 la ejecución fue más baja, con 77, y en el 2017, la cantidad fue de 81. Si en el 2018 se destinaron a este apartado inversor 190,2 millones, se gastaron realmente 159,5. En el 2014, último año del Gobierno PP-PAR, se destinaron a inversiones 167,4 millones y tan solo se gastaron 122,8, tal y como se puede ver en los informes de cierre presupuestario del Gobierno de Aragón.

EJECUCIÓN TOTAL

Es un hecho que tan importante como las cantidades que se presupuestan, es cuánto de ese dinero se gasta. Si se tienen en cuenta todas las cantidades del presupuesto de la comunidad para el 2018, la ejecución total fue del 95,94%, un punto más baja que en el 2017. En cambio, en el apartado de las inversiones, esta sí fue superior. Eso sí, la cantidad destinada a inversión -y más en años de ajustes económicos- es nimia comparada con el montante total de unos presupuestos. Basta una cifra: el gasto no financiero de la comunidad (aquel que no tiene en cuenta los pagos por amortizaciones de deuda e intereses por préstamos y créditos) se presupuestó en 5.303 millones de euros. Tan solo 190 fueron destinados a esas inversiones.

Si bien no se pueden comparar con total exactitud las cifras de ejecución del 2018 y el 2014 por departamentos -ya que la configuración de las consejerías no eran completamente idénticas- sí se pueden establecer paralelismos que permiten hacer una comparación. En el gráfico que acompaña estas páginas se puede apreciar el distinto porcentaje de ejecución de cada una de las áreas y departamentos de ambos ejercicios.

De este modo, el departamento más inversor de ambos Ejecutivos, aquel que tiene que ver con las obras públicas, arroja distintas cifras de ejecución. El Departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda (Gobierno PSOE-CHA) arrojó un porcentaje de ejecución del 93,1%, mientras que el de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte (PP-PAR) lo hizo en un 85,31%.

Las mayores diferencias entre un año y otro se dan en el Servicio Aragonés de Salud. Si en el 2018 se destinaron 21,7 millones frente a 17, la ejecución fue notablemente superior: un 79,95% frente a un 68,2%. En cuanto a la inversión, el presupuesto destinado al Salud supone el 14,29% del total. Solo superado por Vertebración del Territorio, que copa el 22% del total, por Educación, Cultura y Deporte, con el 20,55%, y lo destinado a Agricultura y Medio Ambiente, con un 17,66%.

En el caso de la Agricultura, la Ganadería y el Medio Ambiente, el Ejecutivo de Rudi gastó porcentualmente más que el de Lambán. En concreto, la ejecución presupuestaria en el 2014 fue del 82,31% en las inversiones reales, frente al 69% del 2018, en la consejería que dirige Joaquín Olona, agrupada bajo el nombre de Consejería de Desarrollo Rural y Sostenibilidad.

EL ÁREA DE EDUCACIÓN

En el último año de un presupuesto completo diseñado por el Ejecutivo del PSOE y CHA, la ejecución inversora en Educación también es alta, con un 91%. Casi 18 puntos más que el Ejecutivo de Rudi.

Se da además una notable diferencia. El departamento de aquel Gobierno del 2014 también incluía el área de Universidad, que en el 2018 tiene una consejería propia. Aun así, solo se contemplaron inversiones por un importe de 23 millones, frente a los 39 presupuestados en el 2018. Aquel Ejecutivo destinó partidas para incrementar las dotaciones a la escuela concertada y privada en detrimento de la pública, al tiempo que racaneó la financiación a la Universidad.