El proyecto de Don Jaime I casi podría haberse convertido en una apuesta electoral si el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) hubiera optado por compartir sus intenciones. No solo por haber explotado aún más ese valor al alza como es la accesibilidad universal al Casco Histórico de la ciudad sino porque las cifras que se manejan, sumadas unas con otras y no troceadas como en su ejecución, representarían a todas luces el mayor desembolso de las últimas dos décadas en este céntrico vial de Zaragoza. Según ha podido saber este diario, las cuatro fases en las que se ha dividido superarán los 600.000 euros con facilidad.

Solo están a la espera de que se calcule la que se pretende para la trasera de la Lonja, que puede elevar aún más esta cifra. Pero este objetivo también es ambicioso porque se intenta crear una plataforma única desde este emblemático edificio hasta el puente de Piedra, igualando la rasante en este entorno. Unos trabajos que con facilidad superarán los 100.000 euros, pero que todavía está en fase de preparación. Sobre todo porque para su construcción hay que cortar el paseo Echegaray y Caballero y habrá que esperar a ver Don Jaime I terminado, y reabierto al tráfico rodado, para comenzar a meter máquinas allí.

Con todo, esta cuantía, de más de 600.000 euros, representaría menos del 25% de lo que en su día costó peatonalizar la calle Alfonso I, en el 2001, unos trabajos que se adjudicaron por 392 millones de pesetas (2,3 millones de euros). Obviamente, las obras no son las mismas, pero porque las de hace 17 años se dedicaron también a renovar las tuberías, cambiando las de fundición gris a dúctil, el material que áhora se impone en toda la red de saneamiento y abastecimiento por sus evidentes mejores condiciones. Pero eso mismo fue lo que se hizo antes en la calle Don Jaime I, en la que supuso la última gran intervención que se recuerda.

Los vecinos de la zona, no obstante, echan la memoria más para atrás y recuerdan al consistorio cómo se afrontó, aprovechando la operación plazas en los años 90 para darle el giro definitivo a la calle hasta adquirir la imagen. «Entonces era una calzada de dos carriles que se ampliaba a tres a la altura de la plaza Sinués, que antiguamente se podía utilizar para girar con el coche hacia la calle Verónica. Eso cambió al hacer la plaza peatonal y hoy en día tienen muy descuidadas las baldosas, está muy deteriorada, mientras la calzada sigue siendo como la dejaron entonces, de un solo carril», explicó Alejandro Aznar, presidente de la Asociación de Vecinos Reyes de Aragón. Este también recuerda que «los vecinos ayudamos a costear el 50% de las obras, durante tres años pagando». Al menos eran partícipes.

Ahora estos trabajos no los quieren, no así. Y hoy estarán expectantes por ver si se paralizan como mandató el pleno el pasado viernes o siguen su curso. Ajenos a que la primera y segunda fase en Don Jaime I superan holgadamente los 300.000 euros, que la posterior en San Braulio, también ronda los 150.000, que el ayuntamiento está dispuesto a invertir unos 70.000 euros en la nueva iluminación led que «dejará la calle tan iluminada como la de Alfonso I», aseguran desde el ayuntamiento y la factura se completaría con una campaña de promoción en Navidad.