Cumplido el trámite de la constitución de las Cortes y la Mesa, los partidos de la izquierda se volcaron ayer en sus valoraciones en la necesidad de alcanzar acuerdos de gobernabilidad, sobre lo cual estaban visiblemente confiados. Esto pasará por unas negociaciones donde plantear «no solo líneas rojas, sino moradas y verdes», en palabras de la portavoz de Podemos, Maru Díaz, quien se negó a dar «normalidad» a la presencia de Vox. Para que no estén en el Gobierno, «toca remar», añadió.

En la misma línea, el presidente de CHA, José Luis Soro, incidió en buscar «el denominador común» entre los grupos y no lo que les separa, instando a «agilizar» las negociaciones. También Álvaro Sanz, coordinador de IU, consideró que la «mayoría progresista» alcanzada en la Mesa es «el camino a seguir» en las negociaciones.

El portavoz del PSOE, Vicente Guillén, apeló a «la concordia, el diálogo y los pactos» como seña de identidad histórica de Aragón, que será más necesaria que nunca con ocho grupos parlamentarios. Y el presidente del PAR, Arturo Aliaga, recuperó el argumentario como base para «solidificar el futuro de Aragón».

Precisamente a él apeló el presidente del PP, Luis María Beamonte. En el PAR «siguen teniendo las puertas abiertas de CS y PP para formar un Gobierno alternativo de la izquierda», insistió.

En Cs, por contra, Daniel Pérez Calvo prefirió centrar el discurso en el «día feliz» de la constitución de la Cámara y afirmó que su formación trabajará por Aragón «desde el lugar que le corresponda».

El portavoz de Vox, David Arranz, afirmó que van a ser «la voz de quienes no tenían voz» en el Parlamento.