José Bello, con casi cien años, aguantó ayer la emoción al recoger el premio Aragón 2004 de manos de Marcelino Iglesias, se puso en pie y se dirigió al público: "Gracias por esta condecoración que no me merezco". Bello, último testigo de la Generación del 27, una de las más brillantes de la historia de España, disertó durante un cuarto de hora sobre su amor por Aragón y sobre la historia de Zaragoza, como si no quisiera alardear de sus méritos, y acabó diciendo: "Casi se me saltan las lágrimas, pero no lloro por pudor. Estoy muy emocionado. Muchísimas gracias".

Bello fue amigo de los miembros más destacados de aquella generación, constituyéndose en aglutinador del talento de Federico García Lorca, Luis Buñuel y Salvador Dalí. Con ellos convivió en la Residencia de Estudiantes de la Institución Libre de Enseñanza, en la que permaneció desde 1915 hasta 1925.

Hijo de un madrileño y de una oscense, Pepín Bello nació en Huesca en 1904. A pesar de su marcha a la capital, el galardonado fue tajante sobre sus sentimientos sobre Aragón: "Quiero mucho a Aragón; la tengo en mis raíces y la conozco bien".

ANECDOTA El Premio Aragón 2004 tuvo palabras de elogio para Zaragoza y se remontó a los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós: "Con el que vibra más es con el de Zaragoza. Fíjense si resistieron los zaragozanos a los franceses que había una población de 23.000 habitantes y murieron 50.000", bromeó el premiado.

Ante un público atento y emocionado por el esfuerzo de esta persona de casi cien años que se dirigía a ellos en pie y sin bastón, Bello concluyó su discurso de esta manera: "Creo que soy una buena persona, pero una cosa es ser buena persona y otra que me den este homenaje. Gracias".