NACIMIENTO EN ZARAGOZA HACE 52 AÑOS. TRAYECTORIA EXPRESIDENTE DE LA DIPUTACION PROVINCIAL DE ZARAGOZA. ES COFRADE DE LA HERMANDAD DE LA SANGRE DE CRISTO Y DE LA COFRADIA DEL SILENCIO.

--¿Cómo se adentra en el mundo de las cofradías?

--Tenía 6 años y estaba con mis padres bajo un arco junto a La Seo esperando a la procesión del Santo Entierro. El retumbar de los tambores me llegó al corazón. En ese momento sentí una llamada especial y decidí que quería participar.

--¿Sus padres vivían de manera especial esas fechas?--Acudían a las procesiones, pero lo mío fue una vocación directa. Estas cosas o te llaman o no. Y a los 20 años ingresé en el Silencio.

--¿Cómo es que ingresó también en la Sangre de Cristo?--Sabía a qué se dedicaban y me llamó, pero hay que esperar a tener 25 años. Yo estuve seis meses como aspirante y me marcó acompañar a los hermanos a recoger los cadáveres; le puede pasar a cualquiera. En un instante estás vivo y en un segundo...

--Ser cofrade parece duro...--La Semana Santa, sin un servicio durante el año, sería folclore y, en Aragón, los hermanos sentimos la fe. El resto del año llevamos a cabo una actividad piadosa, que es desconocida por muchos.

--Entonces, ser cofrade es más blanco que negro.--Para mí esta semana es de color verde, como la esperanza. Cuando estoy de guardia y me toca recoger los cuerpos corroboro que la vida es maravillosa y que la deberíamos de vivir con más afabilidad.

--¿Cuál es su momento?--La semana antes al Viernes del Dolor ya empieza la revolución en mi casa, que si dónde está el hábito, que si le falta un botón...

--¿Es compatible la vida de político con la de un cofrade?--Para mí la política está a la cola de muchas cosas. Además, la ideología no influye en esto. En las procesiones hay gente de todos los partidos.