El magistrado de la Audiencia de Zaragoza que preside el juicio con jurado popular del caso Becerril, Alfonso Ballestín, desestimó la petición del abogado de Carmelo Aured, César Ciriano, para que declararan como testigos el alcalde de la capital aragonesa, Juan Alberto Belloch; el vicealcalde, Fernando Gimeno, y el concejal de Urbanismo, Carlos Pérez Anadón.

Lo solicitó, dijo, para que explicaran cómo en las contratas objeto de investigación "se cumplieron todos los requisitos" y porque "la dirección de esas obras es un acto político".

El juez cortó al letrado cuando este comenzó a explicar que él había dedicado mucho tiempo a "la lucha por los derechos", ya que esa circunstancia, en todo caso, no afecta al objeto de la vista oral.

Tanto la Fiscalía como las defensas de Antonio Becerril y de Juan Carlos Esteban rechazaron esa propuesta, contra cuya desestimación Ciriano formuló una protesta con vistas a un posterior e hipotético recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional en caso de condena.

EXPEDIENTES La representante del ministerio público, Victoria Esponera, recordó que en la causa está documentado que las empresas de los amigos de Aured no recibieron las contratas por las que pujaron, que los expedientes de estas están incorporados a las diligencias y que el legajo incluye un informe del Interventor municipal sobre su tramitación.

"No es importante la declaración de estas personas porque no aportan nada al procedimiento", dijo.

La letrada de Becerril, Cristina Ruiz-Galbe, destacó que "en todo caso sería a esta defensa a quien le correspondería" acreditar que el exedil no participó en las adjudicaciones. Y rechazó los testimonios porque, además de carecer de utilidad para la causa, "convertiríamos un juicio largo en algo extenso" en caso de que fueran aceptadas.

Respaldó esa tesis Miguel Ángel Clemente, abogado de Esteban, a quien ninguna de esas testificales "en nada beneficia ni perjudica". La prueba, añadió, "no es de utilidad y alargaría de forma innecesaria el proceso".

El magistrado que preside el juicio tuvo que reconvenir a Ciriano al finalizar el informe preliminar, en el que las partes exponen sus tesis a los miembros del jurado.

El letrado aseguró que "esta vista nunca se tendría que haber celebrado, porque esto es un montaje". Sostuvo que Aured no entregó ninguna dádiva a Becerril por sus supuestas gestiones en los servicios municipales --"no hubo nada, ni siquiera una comida o un regalo"-- y anotó que la del exedil fue la única pieza que el juez de La Almunia separó del caso La Muela. "Esto no es un caso de corrupción sino un montaje legal" en el que Aured "es un cabeza de turco".

"El respeto de este magistrado por la libertad de expresión de los letrados es total", dijo Ballestín, pero "no estamos en ningún juicio ilegal ni en ningún montaje, y mucho menos legal".