El programa de IU en materia fiscal está orientado hacia el concepto de justicia redistributiva y a que pague más quien más tiene o más gana. En este sentido, su apuesta es la de aplicar impuestos justos, evitando la competición entre comunidades por una bajada de impuestos que capte contribuyentes, un aumento de la presión fiscal a las grandes fortunas y patrimonios y restaurar el Impuesto de Sucesiones y de Patrimonio a la situación que estaba anterior a su reforma. También propone gravar más el beneficio de los bancos, grandes empresas y las transacciones financieras y perseguir las operaciones en paraísos fiscales. También aboga por eliminar los privilegios fiscales para la Iglesia Católica o cualquier otra confesión religiosa. E ir eliminando de forma gradual las deducciones para convertirlas en ayudas directas. También plantea nuevos impuestos a la banca, como el de cajeros automáticos, uno de bienes suntuarios (a los servicios y productos de lujo) e impuestos verdes y otro que penalice a las empresas que apliquen jornadas que impidan el cuidado (impuesto de cuidados).