La Policía Local de Zaragoza ha comenzado, desde hace una semana, a multar a los ciclistas que circulan por la calle Alfonso I, una actuación hasta ahora inédita porque la ordenanza municipal de Circulación de Peatones y Ciclistas permite el tránsito de bicicletas por las zonas peatonales, salvo en momentos de aglomeración o salvo prohibición expresa.

Los supuestos infractores se enfrentan a multas que oscilan entre los 36 euros --que se convierten en 18 por pronto pago-- y los 200 euros. Lo curioso, según ha podido saber este diario, es que los agentes no hacen constar en el boletín de sanción que los ciclistas circulan por una zona prohibida sino que lo hacen "de forma no diligente o sin la precaución necesaria para evitar todo daño propio o ajeno".

Desde el ayuntamiento niegan rotundamente haber dado órdenes a la Policía Local para que multe de forma sistemática a los ciclistas que circulan por la calle Alfonso I ni por ninguna otra zona peatonal. "No hay en marcha ninguna campaña específica", aseguran. Sí que admiten, sin embargo, que la Policía está actuando en áreas donde hasta hace poco no lo hacía.

"Durante un tiempo se trató de facilitar información suficiente para que la gente aprendiera a utilizar las vías compartidas. Pero la bicicleta está ya lo suficientemente implantada como para empezar a exigir un cumplimiento estricto de la normativa de circulación", aseguraron.

Esa misma norma es la que asevera que el usuario de la bicicleta podrá ir montado por estas áreas peatonalizadas "siempre que se respete la prioridad del peatón, se adecúe la velocidad a la de los viandantes, sin sobrepasar nunca los 10 kilómetros por hora, y no se realicen maniobras negligentes o temerarias que puedan afectar a la seguridad de los peatones o incomodar su circulación".

Y la misma que establece que "siempre que el ciclista circule por una zona peatonal en la que haya edificios, deberá mantener una distancia de al menos un metro con la fachada de los mismos" y "una distancia de al menos un metro con los peatones en las operaciones de adelantamiento o cruce".

Todo comenzó el pasado jueves. Los agentes paraban a todos los ciclistas que circulaban por la plaza del Pilar y la calle Alfonso para informarles de que iban a comenzar a sancionar. Al día siguiente se materializaron las advertencias.

Ricardo P. P. fue uno de los ciudadanos interceptados. Primero observó como todos los que circulaban en bici eran parados por los agentes. "Los paraban a todos, les decían que estaba prohibido ir por la zona peatonal, y les multaban sin considerar el comportamiento del ciclista", explicó a este diario.

Según relata, iba a una velocidad moderada, "tan despacio que incluso me detuve al lado del agente, al ver más bicis paradas, para preguntarle si existía algún problema". Pero no se libró. "Optó por sancionarme (36 euros) cuando yo estaba cumpliendo tan claramente la normativa que hasta me paré a hablar con él", explica indignado.

La misma indignación que muestran otros sancionados y usuarios de este vehículo, extendido en los últimos años.