La clave para evitar los accidentes laborales reside en "la utilización de medios avanzados de seguridad y en la concienciación tanto por parte de los empresarios como de los trabajadores", en opinión de Carlos Cañadas, de la empresa Proín Pinilla, SL, especializada en la comercialización de equipos de respiración.

Un equipo de aire asistido, necesario para la realización de tareas en lugares confinados, tiene un coste aproximado de 1.200 euros. Consta de un mecanismo de respiración y de una botella de oxígeno con una capacidad variable que oscila entre los 30 y los 40 minutos. "El equipo de aire asistido, con todos sus apliques --explica Cañadas--, pesa unos 10 kilos y, a veces, los trabajadores son reacios a ponérselos porque les resultan pesados y entorpecen sus movimientos". Sin embargo, en su opinión, "es el mejor sistema para evitar accidentes por inhalación de vapores tóxicos, pues en lugares cerrados las mascarillas resultan insuficientes". Los equipos de aire asistido requieren, por su parte, un meticuloso mantenimiento, dado que, al menos una vez al año, han de ser retimbrados, es decir, se ha de comprobar si la botella de oxígeno está llena y si posee la suficiente presión.

Los medidores de gases, apunta Cañadas, "resultan imprescindibles para trabajar en pozos, pues, por ejemplo, el ácido sulfhídrico no desprende un olor especial". Por ello el medidor dispara una señal acústica que avisa al trabajador.