Ni un marrón, ni un premio, ni una oportunidad. «Lo considero una gran responsabilidad». Así definió César Láinez en su presentación como técnico del primer equipo sus sentimientos al llegar al banquillo en uno de los momentos más críticos de la entidad: «La economía y la situación requieren ese protagonismo para el entrenador del filial. Cuartero (director general) y Lalo (director deportivo) me comentaron la posibilidad y creo que, como zaragocista y con 20 años en la casa, mi labor es coger el equipo si el club lo requiere».

«Esto se revierte con actitud, rectitud y los valores que me dieron cuando llegué de jugador, de tener una responsabilidad en la espalda y saber lo que representamos», añadió el entrenador zaragozano, con un discurso claro y estableciendo el objetivo más realista, que es ganar o puntuar en Elche para «distanciarse lo más posible de la zona de abajo». Ahora, está a tres puntos.

Con esa premisa de la salvación, con la seguridad de que hay plantilla para lograrla, lo siguiente fue anunciar cuáles van a ser las bases. La primera, recuperar la autoestima. «Cuando te vienen mal dadas el jugador merma sus posibilidades. Traen un hándicap desde atrás y esperemos que cambie la situación. La suerte en el fútbol es importante. Con las cualidades que tienen y con la actitud que muestran, aunque de una manera más conjunta, el equipo tiene que sacar los partidos. Siempre ha competido, no recuerdo nadie que fuera muy superior, pero los partidos tienen muchas fases y hay que saber leerlas», argumentó.

También consideró clave que el equipo no deje escapar tantos puntos en el tramo final y, sobre todo, encajar menos goles. «Esa sangría goleadora te penaliza en Segunda. Cuando ascendimos (02-03), una de las bazas fue encajar poco», aseveró, dejando claro que Cani y Zapater, excompañeros y amigos, van a tener un peso claro en la reacción: «Han vivido situaciones como estas y son dos jugadores para sacar las castañas del fuego por trabajo, calidad y zaragocismo. Tienen que ser los líderes, lo están siendo, pero tienen que dar un paso adelante. Yo se lo voy a exigir al menos».

También habló Láinez de una afición harta de estar harta. «Más allá de pedirle, hay que darle. Si uno no da, es difícil recibir. Si el equipo es agresivo, competitivo y está comprometido, la gente se implicará», dijo, recordando que vivió una Romareda en momentos delicados, con Txetxu Rojo o con Paco Flores. «Tenemos que abstraernos de todo, pero las actitudes, que la gente vea que estás implicado, son importantes».

EL FILIAL CUENTA / No le temblará el pulso a Láinez para echar mano del filial. Y así se lo dijo ayer a sus exjugadores en el Aragón: «Nunca entendía eso de probaturas porque soy fruto de ellas. Si Luis Costa no hubiera apostado por mí no habría ganado una final de Copa con 4 partidos en Primera. Les dije que, el que suba y rinda, se quedará. La única cosa que hablé con el club es la total libertad de contar con los jugadores que crea oportuno».