El secretario general del PSOE aragonés, Javier Lambán, hizo oficial ayer que la posibilidad de que Podemos entre en un Gobierno de coalición con los socialistas y el PAR está, en estos momentos, «absolutamente descartada». Fundamentalmente porque su socio preferente, el PAR, no quiere, y ellos van a respetar sus deseos y su alianza porque los aragonesistas, con su apuesta por «un Gobierno de centralidad y moderación», han impedido la posibilidad de que Vox entre en el Ejecutivo autonómico, que es de lo poco en lo que todo el espectro de la izquierda está de acuerdo.

Lambán puso voz a lo que se lleva días advirtiendo soterradamente en círculos socialistas y del PAR, en una entrevista en la cadena SER. E incluso admitió que las negociaciones están encalladas con la formación morada porque, a diferencia de IU y CHA, con los que se discute de propuestas políticas, Podemos «nos está exigiendo que le hagamos una oferta de puestos y cargos», algo que a su juicio «no es procedente» en este momento de las conversaciones.

El presidente, que tan claro fue en la radio, rechazó luego responder a las preguntas de los medios al asistir a la constitución de la Diputación Provincial de Zaragoza, en la que se limitó a asegurar que las negociaciones van «bien».

GESTIÓN / El que sí compareció ante los medios fue el secretario general de Podemos, Nacho Escartín, que de forma un tanto ambigua dijo que «no es verdad» que reclamen sillones y a la vez admitió que quieren estar «lo más cerca posible de la gestión», que es, a su juicio, la «garantía» de que se ejecuten políticas progresistas.

A juicio de Escartín, al que le interesa hablar del sillón es a Lambán, «que necesita seis votos para conseguirlo», y que incurre en «una contradicción» al afirmar que no toca hablar de sillones cuando está «muy claro» que ya los ha acordado con el PAR. Visto que a ellos ya les ha ofrecido entrar, Escartín se preguntó «qué ofrece a Podemos», para lo que aún no ha encontrado una respuesta clara en las negociaciones. Tampoco quiso aclarar qué piden ellos o con qué se conformarían. «No estamos en eso», afirmó, al ser sondeado sobre la posibilidad de ocupar direcciones generales.

Lo que quiere Podemos es negociar «sin miedo y sin vetos», afirmó su secretario general en Aragón, quien advirtió al PSOE que, estando en la misma línea de evitar un Gobierno de centro-derecha, los Gobiernos «no se regalan. Se negocian, se pactan y se acuerdan», zanjó.

Las posturas parecen claras y firmes, y el tiempo apremia. Este jueves, según se ha informado, el presidente de las Cortes, Javier Sada, anunciará el candidato a la presidencia, previsiblemente Javier Lambán. Para entonces deberían de estar claros los pactos de investidura, y si alguien no mueve ficha, por el momento siguen sin salir las cuentas.

El PSOE, ya a cara descubierta, pone la presión en Podemos, mientras Lambán elogiaba las conversaciones con IU y CHA, con quienes hablan de documentos y programas. La posible entrada de CHA en el Ejecutivo no está descartada, y el PAR no la ve con malos ojos, pero no se ha concretado.

A lo largo de los próximos días continuarán las conversaciones «discretas» entre los grupos de la izquierda, cuyos resultados también tendrán que ser avalados por el PAR. Y en el caso de que se llegue a un acuerdo definitivo, este tendrá que ser igualmente visado por la asamblea ciudadana de Podemos, como recordaba Escartín ayer, por lo que el desenlace no se prevé inminente.

Por ahora no se anunciará una fecha para el pleno de investidura, que en los primeros momentos de optimismo se apuntaba para la semana que viene, pero que visto lo visto probablemente se retrase. Y está por ver si, como apuntan desde el consolidado bloque PSOE-PAR, la investidura va desligada del acuerdo definitivo de Gobierno, que podría retrasarse bastante.