Javier Lambán tomó posesión ayer del cargo de presidente del Gobierno de Aragón, por segunda vez, con un discurso a su más puro estilo en el que, sin mirar un papel, mezcló el análisis de la situación política con la Historia, su historia y la profusión de citas literarias que acostumbra a utilizar. Entre ellas, la que tomó prestada del sociólogo Max Weber, la cita según la cual la política no es solo cuestión de cabeza, es de corazón, una «locura razonada» que entroncó con el inédito Gobierno cuatripartito que presidirá. La fórmula adecuada, hizo ver, para unos «desafíos y retos» cuya gestión «no puede depender de un solo partido ni ser privativa de la izquierda ni la derecha».

Ante más de 400 asistentes, algo menos de los previstos y alrededor de la mitad de los invitados, el ya a todos los efectos presidente de la DGA retomó esos ya clásicos conceptos de la «transversalidad, centralidad, moderación y aragonesismo» para sustentar un Ejecutivo «social, verde y digital».

Lambán, agradeciendo la presencia de la vicepresidenta en funciones del Gobierno central, Carmen Calvo, el ministro de Fomento José Luis Ábalos y el apoyo de los cuatro partidos que le han aupado a la presidencia -y sus votantes-, se remontó a los orígenes de La Aljafería y de su uso como sede del Gobierno de Aragón para dar idea de la «emoción» que supone presidir «una comunidad política con más de mil años de historia», solo comparable a la de ser alcalde del pueblo de uno, como también lo fue. De hecho, en otra parte de su discurso recordó que los Lambán llevan asentados en Ejea como agricultores «desde el siglo XVIII, lo tengo perfectamente documentado», aseguró el historiador. Es una de las razones por las que cree que, «si hubiera una hormona del aragonesismo, tendría un trastorno por exceso de la misma».

EMOCIÓN / Emulando aquel decálogo de sentimiento aragonesista del PAR, Lambán recordó su «emoción» al pisar San Juan de la Peña, la Seo, el Pirineo, Albarracín o viendo la cuatribarrada en Palermo. Igual que la siente al hablar con jóvenes emprendedores aragoneses en China. Porque si algo no falta en Aragón, reiteró, es «talento». «Solo con que regresara un 10%, no temería por el futuro de la comunidad», afirmó.

En cuanto a la acción de su Ejecutivo, volvió a recurrir a la imagen de un «espacio amplio, que tiene como norma rectora el Estatuto de Autonomía, formidable, y como instrumentos los del autogobierno», que utilizarán para afrontar las «urgencias históricas» de la comunidad para hacer ese Aragón «más social, verde y digital», a la vez que «plenamente alineado con la Constitución y con España».

Social, desgranó, para seguir haciendo de los poderes políticos «proveedores de derechos y oportunidades, cada vez en mayor medida», hasta hacer de Aragón «el pueblo más libre de la tierra». Verde, para afrontar a la vez «el cambio climático» y «solucionar el problema de la despoblación, que es tanto como reinventar Aragón», superando el modelo de asentamiento medieval.

Para ello precisamente considera que hay que potenciar lo digital, «el Aragón 4.0, situando el conocimiento como principal factor de crecimiento». Afirmó que la comunidad está «tan sobrada de talento que puede ser líder en esta materia».

Pero todo ello, en íntima conexión con «este gran país» que es España, cuya concepción «radial tiene muchas más ventajas que la central. El autogobierno permite desplegar nuestras potencialidades, y la suma de las partes siempre es superior al todo», expuso.

Aprovechó en este punto para recordar alguno de los grandes proyectos que difícilmente podrá afrontar la comunidad en solitario, como «el Canfranc, el Corredor Cantábrico-Mediterráneo o la logística», que son vitales también para el país. Al respecto, agradeció a los ministros socialistas que del actual Gobierno siempre haya recibido «respuestas positivas» a sus demandas.

Lambán remató su discurso con cierto aire a despedida, como dejando entrever que será su último mandato al frente de la comunidad. Afirmó que si la Historia de Aragón le guarda algún hueco (como poco tendrá el de segundo presidente que repite mandato en la DGA), le gustaría ser recordado por poner «las fuerzas que me quedan al servicio de Aragón».