Tenemos más motivos para irnos escépticos que pletóricos de entusiasmo”. Así resumió el presidente de Aragón la intensa jornada de la Conferencia de Presidentes que congregó ayer en el Senado al Gobierno de España con los representantes de todas las comunidades autónomas salvo Cataluña y País Vasco, que rechazaron participar. Lambán mostró este pesar tras unas ocho horas de reunión en la que, a pesar de la sensación agridulce de Lambán, se llegaron a diez acuerdos. O, más bien, a diez declaraciones de intenciones sobre aspectos fundamentales para la organización del Estado y la cooperación entre administraciones. Entre esos acuerdos, se decidió abordar de una vez un nuevo sistema de financiación que satisfaga las necesidades de todos los ciudadanos independientemente de donde vivan. Para ello, y dado los puntos de vista contrapuestos entre algunas autonomías con demandas distintas, dentro de un mes se creará una comisión de estudio con un experto de cada comunidad para definir los criterios de reparto.

Lambán recordó, y de ahí justificó parte de su escepticismo, en que en la última conferencia de presidentes, celebrada en el 2012, se llegó al mismo acuerdo sin ningún resultado. De hecho, una característica principal no hubo ni un solo compromiso económico por parte del Gobierno. A diferencia de anteriores ediciones, en las que los compromisos iban acompañados de partidas presupuestarias. Por eso, y ante la falta de dinero, la mejor muestra de la buena voluntad de los asistentes para llegar a acuerdos es que no hubo las broncas de ediciones anteriores. Y más cuando el partido del Gobierno estaba en minoría respecto a las comunidades autónomas.

Lambán fue especialmente incisivo a la hora de reclamar al Estado «la misma lealtad institucional que ofrece Aragón». Por eso reclamó a Rajoy la bilateralidad, que «ha sido nula en los últimos años como consecuencia del desprecio deliberado del Gobierno hacia nuestro Estatuto de Autonomía ». Fue un momento de su intervención en el que arremetió con contundencia contra esa «falta de respeto que debe ser reparada », insistió, al tiempo que denunció «el incumplimiento de forma reiterada y sistemática» de esa lealtad institucional.

LA EXPERIENCIA DE ARAGÓN

A pesar de estas discrepancias, todos los participantes destacaron la buena voluntad y la predisposición para la búsqueda de acuerdos. Como elemento reseñable, y muy destacado por Aragón, que se ha erigido en uno de los más firmes portavoces en este aspecto, la inclusión de la despoblación como «un problema de Estado », tal y como reconoció el propio presidente Rajoy. Aragón, a través de un informe en el que ha tenido un protagonismo activo el consejero de Presidencia, Vicente Guillén, tras la experiencia de Aragón y otras ocho comunidades autónomas. Lambán advirtió también de que es imprescindible que la Unión Europea se tome en serio este problema. «Rajoy ha dado muestra de creerse esto», señaló.

A pesar de que ambas cuestiones, reforma de la financiación e inclusión de la despoblación como un problema de Estado, Lambán fue crítico con otras cuestiones de la intensa jornada de ayer. Entre otras cosas, cuestionó «la naturaleza de la Conferencia de Presidentes, limitada y sin efecto jurídico y político», por lo que hay que adaptarla y hacerla «más eficaz en su funcionamiento».

Aragón se ofreció a elaborar un borrador que revise la carta de naturaleza de este órgano de cooperación institucional. También lamentó que la financiación de la Dependencia quedara en el aire. Una ley, aprobada hace ahora diez años que contaba con una financiación propia. “El Gobierno incumple de forma reiterada sus compromisos y hoy se ha acordado estudiar el impacto de la Dependencia en la financiación. Cuando además, el Estado debería abonar el 50% y solo abona el 16%.