Javier Lambán, secretario general del PSOE aragonés y presidente de la DGA, felicitó este martes a Pedro Sánchez por la investidura a través de un mensaje en la red social Twitter, en el que recordaba que la logró «tras ganar dos veces las elecciones». «Tiene todo mi apoyo y espero que la cooperación» entre el Gobierno central y el aragonés «sea tan provechosa como en los últimos meses».

El presidente del Gobierno central contó pues con el apoyo virtual del aragonés, aunque no con su presencia en el Congreso. De hecho fue uno de los únicos tres presidentes autonómicos socialistas que no acudió, junto al extremeño Guillermo Fernández Vara y el castellanoleonés Emiliano García-Page. Son tres de los barones más díscolos del actual PSOE, sobre todo este último y Lambán, que han mostrado de forma explícita su rechazo al acuerdo de investidura con ERC, aunque en las últimas semanas hayan optado por la moderación.

En la investidura de ayer sí estuvieron presentes otros seis presidentes autonómicos del PSOE, amén de algunos líderes regionales como la andaluza Susana Díaz, que en su día se disputó el liderazgo con Sánchez. Entre los tres ausentes, García-Page y Fernández Vara alegaron motivos de agenda, mientras que el secretario de organización del PSOE aragonés, Darío Villagrasa, exponía que Lambán «nunca» ha acudido a estos actos desde que es presidente, como tampoco lo hizo a la moción de censura contra Rajoy. Además, fuentes socialistas añadieron que «tenía reuniones», desvinculando la ausencia de cualquier motivo político.

Villagrasa acudió en representación del partido en Aragón para dar apoyo a los diputados, y se felicitó de que «el partido vencedor de las elecciones haya podido crear un Gobierno frente al bloqueo, porque la gobernabilidad favorece a las instituciones y estas a la gente». Confió en poder crear un «marco de cooperación, trabajo y horizontes compartidos» entre ambas administraciones.

También asistieron a la sesión de investidura el secretario general de Podemos en Aragón, Nacho Escartín, y la consejera de Ciencia y Universidad, Maru Díaz. Escartín consideró que ayer fue «un día de celebración para la gente, tras una década de recortes de derechos y de opciones para vivir mejor y de corrupción». Este Gobierno, a juicio de Escartín, «abre un tiempo nuevo, esperanzador y plural». Consideró además que lo único que supondrá la pluralidad es «tener que invertir más rato en negociar», sin tener por qué conllevar inestabilidad.

En la misma línea, por parte del socio nacional de Unidas Podemos, Izquierda Unida, el coordinador aragonés, Álvaro Sanz, aplaudió la formación de un Gobierno de coalición «frente al ruido, al odio, al catastrofismo y al alarmismo de las derechas», y situó como sus principales retos resolver los «problemas cotidianos» (vivienda, trabajo, salud y educación) y «ampliar el concepto de España, más allá del patriotismo de bandera y cuentas en Suiza», con el «reequilibrio territorial».

Con mucha menos euforia, CHA, que consideró el proceso «necesario para desbloquear la situación», incidió, a través de Carmen Martínez Romances, en la «pérdida de respeto político» que se está dando y en la necesidad de «defender el papel de Aragón» en la negociación del modelo de Estado. Arturo Aliaga, por parte del PAR, también confió en que, a imitación de la DGA, el futuro Gobierno sea «centrado, moderado y transversal» y se haga cargo de la agenda aragonesa.