-Más vale que haya descansado este verano, porque el otoño se prevé calentito. El curso político comienza con las sociedades…

-No me siento aludido a que vayamos a estar ni mejor ni peor. Nunca nos dieron opción, así que estamos preparados para lo que sea. ¿Peor? No sé si cabe. Si es por el trato de la oposición, igual ya no puede ir a peor.

-Algunas cosas igual están en su mano. Por ejemplo las sociedades. ¿Qué va a hacer tras admitirse el recurso de inconstitucionalidad y suspenderse el artículo de la ley de capitalidad que le permitió sacar a la oposición de la toma de decisiones?

-Ese tema ha sido una excusa de la oposición para no debatir sobre política en las sociedades. Bajo el pretexto de que este Gobierno aplica una ley, legal y válida que habían redactado ellos, se ha empezado a hacer mucho ruido. Y nada más. Este se mantiene y las sociedades siguen trabajando. Pero no solo los grupos pueden seguir controlando, también los ciudadanos. Absolutamente todo y con mayor transparencia.

-Pero el Constitucional ya se ha pronunciado suspendiendo el artículo y admitiendo el recurso.

-La admisión a trámite no tiene efecto jurídico más allá de que el Constitucional se ve obligado a pronunciarse en el plazo de cinco meses de su interposición de si mantiene o alza la suspensión.

-No va a rectificar, ¿no?

-El Constitucional que se pronuncie, y una vez que lo haga... Que no está ni pedido en el recurso. ¿Cómo se va a pronunciar sobre algo que no se le ha pedido? Es que no hay ningún precedente que diga que en estos supuestos haya que volver atrás. Hay que esperar a lo que diga. Y nos vendrá muy bien, lo estoy deseando, porque dejaremos de hablar de estas cosas. Los que acuden a las sociedades no lo hacen como concejales, sino como consejeros de una sociedad 100% municipal regida por el derecho privado. No es aceptable que ahí se traslade toda la diatriba política que se da en el pleno, que está para controlar, fiscalizar y ejercer medidas contra gobiernos con los que no se está de acuerdo. Cuestiones de confianza, mociones de censura... ¿Se ha intentado algo de esto? No. Entonces, ¿por qué se articulan medidas de escasa o dudosa legalidad? ¿Es legal no acudir a los patronatos? Por favor, a los concejales se les paga por trabajar por el bien de la ciudad y no por hacer dejación de funciones.

-Igual que en febrero lo decidió ahora puede dar marcha atrás.

-Hablamos con el PSOE y CHA y dijimos que no había ningún problema, que no somos fundamentalistas ni dogmáticos. La cuestión es si hay ganas de pactos hasta las elecciones, de facilitar la gobernabilidad.

-Usted apela a un informe de la asesoría jurídica, pero esta solo le dice si se puede hacer o no algo, o si la ley le obliga, pero no que tenga que hacerlo. Si usted quiere o no dar marcha atrás, entra dentro de la política.

-A la asesoría jurídica se le pregunta siempre que hay un problema jurídico. Y sus conclusiones son clarísimas. El ayuntamiento solo puede hacer lo que está expresamente permitido. La imagen que se ha intentado transmitir es que podemos pedir un informe de parte, y esa es la visión que tienen los políticos que antes han gobernado, que podían hacer por encargo los informes cuestionando el puesto del que iba a hacerlo si no lo hacía de una manera u otra. No funcionamos así, confiamos en un órgano neutral con un tremendo prestigio fuera de estas cuatro paredes. ¿Este es un tema jurídico o político? Para mí, jurídico. En lo político, el problema son las relaciones de buena fe, lealtad y apoyo a un gobierno, que se nos dio para una investidura y luego se le retiró al día siguiente por el PSOE.

-¿Es irrecuperable eso?

-Pérez Anadón ha venido diciendo todo este tiempo que era irrecuperable salvo ahora que está en primarias su partido e igual necesita cambiar de imagen. Ahora juega a tender la mano.

-¿Pero hay algún proyecto que no habría podido hacer con la oposición en las sociedades y sí en solitario? ¿Merece la pena?

-Hubiera sido estupendo que la oposición hubiera manifestado una voluntad de trabajo por el bien de todos los zaragozanos. Pero se han utilizado las sociedades para trasladar la bronca política al seno de los consejos, que deben ser regidos por criterios de eficiencia, de funcionamiento y de gestión económica por parte de quien gestiona, que es el Gobierno. Esto es como si pensáramos que en Adif tuviera que haber representación de todos los grupos parlamentarios. ¿Eso se podría gestionar? ¿Por qué ahí no es antidemocrático y aquí sí que lo es? Es una contradicción. ¿Quién ha modificado el artículo 14? Nosotros no. Lo hicieron el PP, el PSOE y CHA. No hemos hecho esa redacción y nadie me ha explicado por qué se cambia un artículo de una ley para luego no poder aplicarlo.

-Parece más un gesto de autoridad a la oposición que de querer llegar a proyectos que no podría impulsar con ellos dentro.

-El problema es que la situación política de este ayuntamiento es similar a la que ocurre en el resto del Estado, con el agravante de que aquí no desalojamos al PP del Gobierno, sino al PSOE. Eso añade un plus de complejidad a la gobernabilidad que ha generado esta situación. Antes de dejar al Gobierno gobernar van a impedir que haya proyectos. Solo ha habido crispación desde el principio. En los primeros plenos, como ciudadano estaba abochornado. No me podía creer lo que estaba viviendo.

-¿Cree que es algo personal o dirigido por los partidos?

-No. Este es el problema de una situación de cambio, de necesaria transformación de la realidad de la ciudad y de exigencia de los vecinos que no ha sido asimilada por aquellos que llevan 30 años en la vida política. No ha habido un esfuerzo paralelo al que nosotros, como ciudadanos, dimos al presentarnos a las elecciones. ¿Estaba en nuestras manos? Si se parte de que todo lo hecho antes era bueno… Los que llevan aquí 30 años no pueden aceptar que gente aparentemente inexperta, solo con buena voluntad y apoyándonos en los funcionarios, hayamos conseguido romper con el mantra de que la derecha siempre gestiona mejor la economía de las instituciones, que es mentira, o que hayamos reducido la deuda. ¿Y quién nos lo ha reconocido? Creo que la ciudadanía.

-¿Por qué lo cree?

-Porque sanear las cuentas nos ha permitido seguir invirtiendo en derechos sociales sin recortes. Igual ahora no, pero dentro de diez años se reconocerá que estamos cambiando la ciudad, que le estamos dando la vuelta como un guante. Como con los presupuestos participativos, ¿se habla de democracia y no del escándalo de impedir a la ciudadanía votar sobre proyectos de ciudad? Se les ha bloqueado. ¿Tanto daño está haciendo en la vieja política el hecho de que los ciudadanos puedan decir quiero este dinero aquí y aquí? Eso es falta de democracia y dijimos que queríamos democratizar las instituciones.

-¿Cree que hay alguien dentro y fuera del ayuntamiento que realmente lo que quiere es que vuelva el bipartidismo?

-Dentro, fuera, en Aragón, en el Estado, en Bruselas… El bipartidismo supone la patrimonalización de las instituciones por una clase política completamente desconectada de la realidad social. Las instituciones al servicio de los partidos. Y el clientelismo político y el reparto de subvenciones a quien mejor les venga para asegurarse luego réditos electorales. Eso ha sido el bipartidismo, no nos engañemos. En Europa también se jugaba con el centro izquierda y el centro derecha, siempre a lo mismo. ¿Qué diferencia había entre unas fuerzas y otras? Ninguna.

-¿Será más difícil o fácil cuando haya candidato en el PSOE?

-Confío en que haya un antes y un después en nuestras relaciones, salga quien salga. Soy una persona que apuesta decididamente por la unidad de la izquierda, no en torno a viejas políticas y el qué hay de lo mío, pero en tres años no he visto un debate de confrontación de modelo de ciudad. Antes nos decían que no teníamos y ahora que lo estamos ejecutando, la bronca va sobre las formas. ¿Cuál es el de ellos? Solo conocemos el de CHA y en un 90% estamos de acuerdo, aunque ahora estén jugando a aliarse con la oposición.

-¿El portavoz del PSOE no es un interlocutor válido ya para usted?

-Se lo tendrían que preguntar a él. Dos personas no se ponen de acuerdo si una no quiere, y si se ofrece un pacto y se rechaza… Desalojamos al PSOE y tendría que haber analizado por qué ocurrió, haber acometido su renovación interna. Tres años después, en sus primarias, ¿la quiere acometer? Bienvenido sea, y contará con nosotros. Este país necesita de una actuación de la izquierda, pero decidida y valiente, no de pactos y componendas.

-¿El peaje de sus decisiones no está siendo excesivo para la ciudad y para el Gobierno?

-El peaje en lo personal está siendo muy duro y de mucho coste, y estamos aguantando. Pero, ¿es admisible que a una concejala se le llame miserable en una comisión por parte de un concejal socialista (Roberto Fernández, esta semana)? ¿Eso es tender puentes? O los improperios que me han lanzado a mí Jorge Azcón o Pedro Navarro. No es de recibo. La política hay que rebatirla con argumentos. Descalificaciones morales no caben, salvo que demuestren que hemos cometido algún delito.

-Escuchándole parece que da la legislatura por agotada.

-Que va. Este país está intentando un cambio y una regeneración, y si los partidos no lo hacen, se crean otros nuevos o plataformas ciudadanas para hacerlo.

-También da la sensación de que le iba mejor en Madrid con el Gobierno del PP que con el de Pedro Sánchez.

-No, no, no. Confío totalmente en Pedro Sánchez y tenemos abiertas vías de diálogo. He hablado con su jefe de gabinete para que se mantengan los acuerdos con Fomento o con Defensa.

-Con Lambán la relación tampoco es la que era. ¿Ya no hablan el mismo idioma?

-Mi idioma ha sido siempre la lealtad institucional y colaboración, y no se podrá negar. Ahora él está hablando del Cantábrico-Mediterráneo, ¿y quién estuvo en Teruel o Valencia reivindicando el ferrocarril? No era mi competencia pero hay que estar.

-¿Cree que a Lambán no le interesan los problemas de Zaragoza?

-El problema es que ha hecho una apuesta a futuro con Ciudadanos, que se ha visto con el impuesto de Sucesiones, y eso probablemente suponga que prescinde de hablar con el alcalde de la ciudad más importante de Aragón. Yo estoy dispuesto, se lo he dicho en público y en privado, pero respetándonos como instituciones. Si hemos negociado algo, que se cumpla. Y a partir de ahí, seguir hablando. ¿Sobre el ICA? Claro, pero solucionando temas que son anteriores en el tiempo. Como el sellado del vertedero, que es un acuerdo del 2014, y ni siquiera lo hizo ZeC.

-O sea, que lo ve como una estrategia de partido. El pasado viernes Lambán lanzó duras acusaciones contra usted, como que propuso desoír a la intervención y zanjar un acuerdo por la deuda del tranvía con 20 millones.

-No sé si es que ha decidido prescindir a futuro de posibles pactos con la izquierda. Creo que se olvida de lo que representa, porque esas declaraciones no son propias de un presidente autonómico. Lamento que vuelva a los insultos y las descalificaciones, algo que por desgracia también vivimos por parte de otros concejales socialistas. Me da pena este comportamiento, en lugar de asumir el reto de entablar una relación estable de colaboración y respeto entre instituciones, juega a la descalificación para no hablar de lo que debe a los zaragozanos.

-¿Cree que Podemos e IU en las Cortes hacen lo suficiente para que esta situación cambie?

-Todo lo que han hecho, echando una mano para aprobar los presupuestos de Aragón o favorecer pactos con Lambán, no ha tenido su justa correspondencia en el ayuntamiento. Ha habido muchísima más generosidad de Podemos e IU hacia Lambán que en el comportamiento de Pérez Anadón hacia nosotros, del que seguimos recibiendo insultos.

-¿Cree que conseguirá que Zaragoza tenga presupuesto en el 2019? ¿Debería estar condicionado a ello el de Aragón?

--No debería haber vasos comunicantes, aunque es evidente que siempre hay condicionamientos. En Zaragoza, Pérez Anadón ya dice que no los va a haber. Igual está alumbrando una profecía de obligado cumplimiento.

-Y en estos tres años, ¿qué ha hecho mal ZeC?

--Posiblemente no haber sabido contagiar al PSOE y a CHA de la importancia que tenía que las lecciones del 15-M fueran interiorizadas por todos, e hiciéramos un esfuerzo por renovar la política. Contagiarles esa ilusión nuestra, de gente joven, nueva, inexperta quizá... No nos esperábamos encontrarnos con esos comportamientos políticos tan enquistados en defender lo suyo.

-¿Le quedan ganas de repetir como candidato de ZeC en las próximas elecciones, de presentarse a las primarias?

-Pienso que cuatro años son pocos y no sé si tendríamos que ir a legislaturas de cinco o seis años, pero necesitamos una más para que la gente pueda comprobar esas potencialidades que hemos desarrollado. Son caminos nunca transitados, y otras ciudades así sí nos lo reconocen.

-¿Pero usted quiere seguir siendo la cabeza visible?

-Me he ofrecido, pero no depende de mí, sino de la organización, de las primarias o de que el municipalismo siga siendo visto como algo de la gente que no tengamos nada que ganar. Yo gano 2.200 euros al mes y el resto, hasta 75.000 al año, se dona. Aquí el alcalde ingresaba 100.000 al año. Mi interés no puede ser enriquecerme.

-Usted ha llegado a decir que le gustaría estar rodeado de un equipo con un perfil más profesional que político.

-Eso da lugar a malentendidos. Yo me refiero más a que no necesariamente tienen que tener un carnet de un partido. Quiero a los mejores, con independencia de que tengan o no carnet, pero a veces están dentro de los partidos. Somos un equipo que puede dar ejemplo de unidad, trabajo y visión estratégica. ¿Que nos ha fallado la comunicación? Había tantas cosas que contar que a veces nos pegábamos por ver quién contaba lo suyo.

-Algo de pugna sí que ha habido. Con Cubero, por ejemplo.

-Eso ha sido más un culebrón que nos venía más de fuera hacia adentro. Y nos influye, no estamos viviendo en una burbuja.

-¿Que le diría al que le asocia con la gomina, con el nombre del pabellón Príncipe Felipe, que solo ha hecho el Mercado Central?

-Pues que igual no me conoce. Le diría de tomarnos una cerveza y charramos. Pero toca apechugar. Y el alcalde está para que le zumben, pero también para gobernar y hacer cosas. Ha sido duro pero a mí en la calle, no me aplauden pero la gente me aprecia. Puedo pararme a hablar con cualquiera y me tratan como un colega más. La gente maleducada se puede contar con los dedos de una mano, con todo lo que ha caído para que esto saltara por los aires