El triunfo electoral del PSOE el pasado domingo ha sido visto en el Levante y en el sur del país como la confirmación de que el macrotrasvase del Ebro no se llevará adelante. Diversos colectivos y organizaciones se apresuraron a reclamar continuidad para los proyectos iniciados o a plantear soluciones para el déficit hídrico, especialmente --comentaron-- el de la cuenca del Segura.

La Cámara de Comercio de Murcia reclamó ya al próximo Gobierno central "continuidad" para los grandes proyectos previstos para la región, entre ellos, la cesión del Ebro. Para el sindicato agrario Coag de Almería, lo prioritario es hacer llegar agua a la zona, mientras que la vía es "secundaria". Según el presidente de Coag-Murcia, Pedro Lencina, sería "un grave error seguir estrujando el agua como bandera política".

Lencina se mostró convencido de que el PHN, "o se llame como se llame", es necesario para Murcia. También el sindicato murciano de agricultores UPA reclamó "un amplio consenso" si se cambia el plan hidrológico.

La patronal de empresarios de Murcia, a través de su presidente, Miguel del Toro, garantizó que su organización "continuará y perseverará" en sus peticiones para que se cumpla íntegramente la Ley del PHN.

Asociaciones de agricultores de Valencia (como AVA y la Unión) evidenciaron que hay "incertidumbre" sobre la cesión del Ebro, mientras que la alcaldesa valenciana, Rita Barberá, del PP, vio necesario ejecutar la cesión.

Por el contrario, hubo múltiples organizaciones que exigieron a los socialistas que cumplan sus promesas y que diseñen un plan alternativo para solventar los problemas del Segura.

El consejero catalán de Relaciones Institucionales, Joan Saura, consideró que la retirada del trasvase es un requisito imprescindible para que su partido (ICV) apoye una nueva mayoría en el Congreso.