Un año. Esa es la lista de espera que se registra en la sanidad pública de Aragón para el acceso a un tratamiento de fecundación in vitro. Se trata de la demora registrada en el hospital Miguel Servet, el centro de referencia para este tipo de procedimientos y que, pese a alcanzar un retraso de 12 meses, el dato es más bajo que el de los últimos años, cuando llegaba a alcanzar los 17 meses o incluso los dos años.

La primera consulta de fertilidad se realiza por los ginecólogos de los centros de especialidades de la comunidad, por lo que el tiempo de espera es el mismo que para cualquier otra patología ginecológica. «Una vez realizado el estudio básico de esterilidad, son derivadas a los diferentes hospitales, sin existir demora para primera consulta o sucesivas», según precisaron a este diario fuentes del Departamento de Sanidad.

En lo que se refiere a las técnicas de inseminación artificial, actualmente en la red pública «no existe lista de espera», una situación que también ha mejorado dado que hace algo más de un año se acumulaba hasta una demora de dos meses. La inclusión de las candidatas en la lista de espera se produce atendiendo a criterios como que sean mujeres mayores de 18 años y menores de 40, que no tengan hijos previos, y que no presenten ningún tipo de patología en la que el embarazo pueda entrañarle un grave e incontrolable riesgo.

El precio / Son cada vez más las mujeres que solicitan este tipo de técnicas y, ante el retraso en la sanidad pública, son las clínicas privadas las que más absorben el negocio. De hecho, se ha notado un repunte de este tipo de establecimientos. En Zaragoza se contabilizan hasta siete centros especializados.

En ellos, a diferencia de la pública, el proceso conlleva un alto coste que varía en función de si se trata de una fecundación in vitro o de una inseminación artificial.

En Quirónsalud Zaragoza, cada año acuden entre 600 y 700 nuevas parejas principalmente de Aragón, pero también de otras comunidades con deseo de embarazo. El precio de los tratamientos oscila desde los 700 euros en el caso de la inseminacion artificial hasta los 4.000 o 7.000 euros que puede costar una fecundación in vitro, según el problema de origen de la esterilidad.

Actualmente, en esta clínica zaragozana realizan alrededor de 1.000 técnicas de reproducción asistida al año en todas sus variantes: inseminacion artificial, fecundacion in vitro, ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides), donación de óvulos y embriones, donación de semen, transferencia de embriones congelados o test genético preimplantacional.

«La cifra se ha mantenido estable durante los últimos años, pero contrasta mucho con las 50 parejas que acudieron el año que inauguramos la unidad, en 1991», señaló Antonio Urriés, director del Instituto de Reproducción Humana Asistida Quirsónsalud Zaragoza.

CrioprEservación / Los nacimientos han caído casi un 30% en España en la última década. Sin embargo, el negocio de la reproducción asistida crece. En el 2006 participaron en el registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) hasta 107 clínicas, públicas y privadas: el número se ha doblado en una década.

En Quirónsalud también han detectado un incremento en el número de mujeres que acuden a criopreservar sus óvulos en una etapa fértil de su vida con el fin de ser madres en el futuro. «Aunque sigue siendo, es un porcentaje pequeño respecto al global de las pacientes (3%)», añadió Urriés. Entre los motivos de esta acción están «oncológicos o sociales», según precisó el doctor.

Con el paso del tiempo disminuye tanto el número como la calidad de los óvulos y, por tanto, la fertilidad. A los 40 años, la probabilidad mensual de embarazo de una mujer sana es del 5% frente al 20% cuando se tiene 30 años o el 25% con 25 años. De hecho, se recomienda que si se piensa posponer el embarazo más allá de los 35 años, hay que plantearse un tratamiento de congelación de óvulos.

Baja reserva ovárica / El principal factor de riesgo de una baja reserva ovárica es la edad, pero también es una cuestión natural porque la mujer nace con un número limitado de óvulos que se reducen progresivamente hasta agotarse. Además, la pérdida de estos se puede acelerar tras una operación de ovarios, sesiones de quimioterapia o radioterapia, enfermedades como endometriosis o autoinmunes o antecedentes familiares de menopausia precoz.

Las cifras del INE muestran que los nacimientos de madres de más de 40 años ya suponen casi el 10% del total. Hace dos décadas eran solo el 2%. En el 2018 hubo más madres de 40 (12.820) que de 25 (8.816), según los datos del INE.

Esto ha propiciado que técnicas como la ovodonación adquieran cada vez más protagonismo en las clínicas. Mediante ella, el gameto femenino (ovocito) es aportado por una mujer donante (mayor de edad y menor de 35 años con un estado de salud física y mental adecuado) para ser implantado en una mujer receptora que desea ser madre.